La actividad física reduce la ansiedad y depresión en niños y adolescentes, un reciente estudio demostró que el ejercicio previene trastornos de la salud mental y acelera su mejoría cuando estos ya se han instalado.
Salud. Un reciente estudio demostró que la actividad física previene los trastornos de ansiedad y depresión en niños y adolescentes. Y acelera la mejoría -en combinación con otros abordajes- en los casos en que ya se padecen este tipo de condiciones.
“Las intervenciones de actividad física pueden usarse para reducir los síntomas depresivos en niños y adolescentes. Las mayores reducciones en los síntomas depresivos se derivaron de participantes mayores de 13 años y con diagnóstico de enfermedad mental y/o depresión”, concluyeron los investigadores
Según plantearon, “la depresión es el segundo trastorno mental más prevalente entre los niños y adolescentes; sin embargo, solo una pequeña proporción busca o recibe tratamiento específico para el trastorno. Las intervenciones de actividad física son prometedoras como un enfoque alternativo o complementario al tratamiento clínico de la depresión”.
La enfermedad se asocia con dificultades en la relaciones sociales, problemas mentales y un mayor riesgo de suicidio. Además, es un fuerte predictor de futuros trastornos mentales, ya que se demostró que hasta el 67% de los jóvenes con síntomas depresivos corren el riesgo de desarrollar una depresión de adultos.
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En opinión de la psiquiatra infantojuvenil Andrea Abadi , “la ansiedad es una respuesta normal frente a las situaciones de estrés. El problema es que en aquellos que tienen una predisposición genética para un trastorno de ansiedad, van a desarrollar siempre aquella vulnerabilidad que tenían en su constitución”.
Sobre cuáles son las señales de alarma para detectar estas cuestiones en casa y cuándo es momento de consultar a un especialista, la directora del Departamento Infanto Juvenil de Ineco aseguró que “las señales son claras”.
Y describió: “Por ejemplo, cuando vemos niños irritables, que intentan evitar situaciones de afrontamiento, que prefieren quedarse en casa antes que ir a la pileta o una colonia cuando antes lo hacían sin ningún inconveniente. Cuando hablamos de ansiedad debemos tener en cuenta que es un miedo excesivo hacia algo y esto en general conlleva a conductas de evitación o parálisis. Si tenemos un niño evitativo, con irritabilidad constante, con berrinche, llorosos, o con conductas claramente de no enfrentar situaciones nuevas o determinadas, tenemos que pensar en un trastorno de ansiedad”.
REDACCIÓN: ALYSSON AGUILAR.
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