El proceso de creación de estos robots biohíbridos usa tejidos musculares de células de ratón, que se integran físicamente en el esqueleto del robot, donde actúan como un mecanismo que impulsa el movimiento al contraerse de la misma manera en la que lo hacen los tejidos humanos.
Uno de los aspectos más intrigantes de esta investigación es el motivo detrás del uso de tejidos musculares vivos en lugar de materiales puramente sintéticos.
Esta simbiosis entre la tecnología y la biología abre nuevas posibilidades en campos como la medicina, la robótica y la ingeniería de materiales.
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Una de las aplicaciones más prometedoras de estos robots biohíbridos es su potencial para la medicina.
En un principio, la investigación se ha centrado en el desarrollo de robots pequeños que puedan trabajar dentro del cuerpo humano de manera poco invasiva para tratar problemas de salud.
Con este tipo de desarrollos, es posible imaginar un futuro donde estos robots puedan navegar por el torrente sanguíneo, para reparar tejidos dañados o incluso administrar medicamentos directamente en el lugar de la enfermedad, todo ello sin necesidad de cirugía invasiva.
Es importante tener en cuenta que esta investigación está en sus etapas iniciales y que aún queda mucho por explorar y descubrir.