Las personas que no tienen horas de sueño de calidad o suficientes horas para dormir tienen más probabilidades de enfermarse cuando quedan expuestas a un virus como el de un resfrío común.
La falta de sueño también puede afectar la velocidad a la que el cuerpo se recupera si se enferma.
Eso sucede porque durante el sueño, el sistema inmune libera proteínas llamadas “citocinas”, algunas de las cuales ayudan a promover el sueño.
Algunas citocinas deben aumentar cuando hay una infección o inflamación o cuando la persona está estresada.
Entonces, la falta de horas dedicadas al sueño puede reducir la producción de esas citocinas protectoras. Además, los anticuerpos y las células que combaten infecciones disminuyen durante los períodos en los que no duermes lo suficiente.
Por lo tanto, el cuerpo necesita dormir para combatir enfermedades infecciosas.
La falta de sueño a largo plazo también aumenta el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
La pérdida de sueño es un problema generalizado que aumenta en frecuencia a medida que las personas envejecen. También están aumentando otras causas de pérdida de sueño, como la obesidad, que provoca apnea obstructiva del sueño.
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¿Cómo afecta al cerebro?
La investigación científica ya ha demostrado que la deficiencia en las horas dedicadas al sueño cambia la actividad en algunas partes del cerebro.
Si una persona tiene deficiencia de sueño, es probable que desarrolle problemas para tomar decisiones, resolver problemas, manejar las emociones y conductas, y adaptarse al cambio.
La deficiencia de sueño también se ha vinculado a la depresión, el suicidio y las conductas riesgosas, según el Instituto Nacional de la Sangre, el Pulmón y el Corazón de los Estados Unidos.
“Los niños y adolescentes con deficiencia de sueño pueden tener problemas para llevarse bien con otras personas. Es posible que se sientan enojados e impulsivos, tengan cambios de humor, se sientan tristes o deprimidos o carezcan de motivación.
Quizás tengan problemas para prestar atención y tengan notas más bajas en la escuela y se sientan estresados”, aclararon los expertos del Instituto en su página web.
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Una persona con insomnio
El insomnio es un trastorno frecuente del sueño. Puede consistir en que la persona tiene dificultades para conciliar el sueño, para mantenerse dormido o para lograr un sueño de buena calidad.
Esto ocurre incluso cuando tiene el tiempo y el entorno correcto para dormir bien. El insomnio puede interferir con sus actividades diarias y puede hacer que sienta somnolencia durante el día.
Las personas que sufren de insomnio suelen quejarse de algunas de estas incomodidades, contó el médico Carlos Nigro, del Servicio de Neumonología del Hospital Alemán de Buenos Aires:
Dificultad para dormirse.
Dificultad para mantener el sueño (se despiertan varias veces en la noche).
Despertares tempranos en la madrugada.
Sensación de no dormir bien.
Durante el día las personas con insomnio suelen tener:
Cansancio o sueño.
Ansiedad o depresión.
Trastornos de memoria o reducción de la atención.
Irritabilidad y nerviosismo
La doctora Mirta Averbuch, miembro de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño y directora de Somos Medicina del Sueño, dijo: “La falta de sueño prolongada, como por ejemplo dormir menos de 7 hs por noche, tiene repercusiones sobre la salud”