Los niños y adolescentes con pobreza son el blanco fácil para que las organizaciones criminales los recluten y entrenen a estos jóvenes en el uso de armas, el tráfico de drogas o la extorsión, alertan expertos.
Las maras «se dedican a convencer de una manera engañosa y, muchas veces, bajo amenazas a niños, niñas y adolescentes para que realicen actividades de manera progresiva dentro de la organización», dijo a medio internacional Rodrigo de la Barra, oficial de Protección de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) en Honduras.
«Los niños son utilizados como informantes, estos son llamados banderas, y luego poco a poco se les van confiando actividades más vinculadas a los delitos que cometen estas organizaciones, como la extorsión e incluso el narcomenudeo», detalló.
En su opinión, las maras se presentan como «buenos amigos» de los niños y adolescentes, a quienes «poco a poco van involucrando en sus actividades».
Las bandas criminales aprovechan que los más de 4.1 millones de menores no puede ser procesados por delitos criminales ante las leyes hondureñas.
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Factores negativos
Además, la falta de protección y el abandono de la educación son factores que solo aumenta el reclutamiento forzado de las maras, convenciéndolos con una entrada de ingresos y resguardo.
El reclutamiento de niños es «una de las principales causas del desplazamiento forzado en Honduras», un fenómeno reconocido por el país en 2013, dijo el oficial de Protección de Acnur,
Como también expresó que, que los niños y adolescentes sean vistos como «actores» y no como «víctimas de la violencia».
El 43 % de las personas que huyen de sus hogares en Honduras son menores de edad.
Significando que podría estar asociado al riesgo de ser víctimas de acoso sexual o reclutados por grupos organizados, destacó e instó al gobierno a abordar el problema de manera interinstitucional.
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