INTERNACIONALES.- Últimamente Roma se despierta con más jaleo de lo habitual, que no es poco, convertida en una gran obra a cielo abierto para embellecerse ante el Jubileo de 2025, con trabajos en cada esquina que costarán millones de euros y que intensifican el caos, casi congénito, de la Ciudad Eterna.
Los papas ofrecen aproximadamente cada cuarto de siglo el perdón de los pecados, pero, para ello, los peregrinos deben acudir a Roma y cruzar la Puerta Santa. El próximo Jubileo será en 2025 y la Santa Sede espera a unos 30 millones de pecadores en busca de indulgencia.
Pero los romanos ya han empezado con su penitencia, viendo cómo sus barrios se llenan de obras que deberán adecuar calles, plazas y jardines, a menudo sumidas en el descuido, cuando no el abandono.
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«Hay mucha confusión. Venir al centro con el coche es prácticamente imposible. O coges una moto o el metro», dice Sandro, un joven romano que vive en las afueras de la ciudad y que trabaja en un restaurante en Vía Borgo Pío, junto al Vaticano.
Los turistas también han comenzado a expiar sus pecados, como Ana y Teresa, dos jóvenes españolas que han sufrido las obras en sus dos días de visita a la capital italiana: «Hay bastantes y a la hora de ver monumentos fastidia un poco», además de que es «más peligroso» caminar por las ya de por sí complicadas calles romanas.
Varias obras
El plan urbanístico por el Jubileo, que incluye 184 obras por valor unos 2,000 millones de euros, está orquestado por el alcalde romano, el progresista Roberto Gualtieri, y una comisión integrada por el Gobierno italiano y el Vaticano.
En el saco hay dinero para todo: 15 millones para la plaza de San Juan de Letrán, la histórica catedral romana; otros 7 millones para adecuar las maltrechas aceras del centro y cuantiosos fondos para dar lustre a las inmediaciones de San Pedro, entre otras obras.