Este domingo, El Papa Francisco celebro una misa a puerta cerrada, sin fieles, con motivo del Domingo de Misericordia en la cual aseguró que la batalla contra la pandemia es momento para poder eliminar las desigualdades y el virus del egoísmo.
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“El riesgo es que nos golpee un virus todavía peor, el del egoísmo indiferente”, expreso en la Iglesia del Espíritu Santo en Sassia, a las puertas del Vaticano.
De igual manera afirmó que ese virus, hablando del egoísmo, se difunde en la sociedad al creer que la vida mejora si le va bien a quien solo piensa en si mismo, es decir: “que todo irá bien si me va bien a mí».
De la misma manera agrego que “Todos somos frágiles, iguales y valiosos. Que lo que está pasando nos sacuda por dentro y que es tiempo de eliminar las desigualdades, de reparar la injusticia que mina de raíz la salud de toda la humanidad”.