Así de pequeña como se la ve, la semilla de chía está dotada de un gran valor nutricional, y su consumo tiene muchos beneficios para la salud.
Tanto, que es considerada un superalimento que los especialistas recomiendan sumar a la alimentación diaria.
Derivada de la planta Salvia hispánica, un miembro de la familia de la menta originaria de Centroamérica, esta diminuta semilla formó parte de la dieta humana durante más de 5.000 años.
Las semillas de chía eran un alimento básico para los aztecas y los mayas.
¿Cuáles son los beneficios de la semilla de chía?
Las semillas de chía se han consolidado como un verdadero tesoro nutricional. Su composición en omega-3 no solo ofrece beneficios cardio saludables, sino que también actúa como un potente antiinflamatorio natural.
Esta propiedad es crucial en la reducción de la inflamación crónica, contribuyendo así a aliviar dolencias y mejorar la salud general.
Según la Escuela de Salud Pública TH Chan, de Harvard, estas semillas cuentan con nueve aminoácidos esenciales, los cuales el organismo no puede producir.
De todos modos, son extremadamente importantes para el crecimiento y la reparación de células y tejidos.
Además, tiene un gran número de antioxidantes, entre los que se encuentran los compuestos fenólicos, flavonoides, ácido cafeico, ácido clorogénico; miricetina, quercetina y kaempferol.
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¿Qué le pasa al cuerpo si se consume chía todos los días?
Las semillas de chía son ideales para incluir en la dieta cotidiana, ya que son una fuente de grasas poliinsaturadas, como los ácidos grasos omega-3, fibra, proteína, calcio, fósforo y zinc.
Los beneficios de estos componentes son múltiples, aunque uno de los principales es la salud cardiovascular, porque promueven la disminución del colesterol, la regulación del ritmo cardíaco y la presión arterial, prevención de coágulos de sangre y disminución de la inflamación.