Las alfombras de Semana Santa se han convertido en parte de la cultura y tradición de nuestro país, por medio de los retratos artísticos que resaltan la espiritualidad, la fe y la devoción que tienen muchos hondureños al recordar la pasión, muerte y resurrección de cristo.
Estas alfombras realizadas en Semana Santa son creadas con aserrín de colores para representar los últimos días de Jesús de Nazaret, mientras se llevan a cabo las procesiones religiosas.
Dicha tradición comenzó en la ciudad colonial de Comayagua, pero se ha ido extendiendo a varios lugares del país como la capital Tegucigalpa, Copán, Danlí, Juticalpa, Gracias, Lempiras y Santa Bárbara quienes las realizan para conmemorar la Semana Santa.
Estas representaciones son una muestra de fe que se mezclan con el arte y la creatividad para adornar las calles durante se llevan a cabo las procesiones del Viernes Santo, que son observadas por miles de hondureños.
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¿Pero cuál es su historia?
Las alfombras coloridas de Semana Santa tienen su comienzo desde España cuando se realizaban las procesiones del Vía Crucis, en las cuales las personas lanzaban flores por las calles donde pasaba la procesión. Esta tradición luego llego a Guatemala y se expandió hasta El Salvador y Honduras exactamente en la ciudad de Comayagua.
Comayagua es un pueblo mágico que traslada a cada uno de sus visitantes a una época colonial y que cada año se prepara para recibir las alfombras llenas de arte y color.
Esta ciudad es la principal en organizar las mas importantes actividades de la Semana Santa, siendo esta la sede de esta artística tradición.
Cabe mencionar que, la primera alfombra que se realizó fue en el año de 1963, por Miriam Mejía de Zapata, una salvadoreña que plasmo su creatividad, arte y devoción en una colorida alfombra.
Mejía quien era muy devota, elaboró la alfombra en la que representaba la imagen de un cordero en la entrada de la Catedral de Comayagua, con el fin de celebrar el nombramiento del Monseñor Bernardino Masarella como obispo de la ciudad de Comayagua.
Poco tiempo después Mejía paso a realizar alfombras de aserrín frente a su casa por donde pasaba el Vía Crucis cada viernes.
¿Cuál es su significado?
Estas alfombras se crean tradicionalmente para saludar a una procesión religiosa que caminan sobre ellas. Estas representan las diferentes etapas de la pasión de Jesucristo y se utilizan en la procesión de la Semana Santa y para decorar las iglesias.
Las alfombras son creadas a mano y son una forma de arte colorido tradicional y un ícono de fe para los hondureños.