El aumento de imágenes generadas por Inteligencia Artificial (IA) en redes sociales y plataformas digitales está modificando nuestra percepción de la veracidad visual, obligando a los usuarios a desarrollar nuevas competencias para discernir entre fotografías reales y aquellas fabricadas por algoritmos.
Estas habilidades fundamentales en la era de la desinformación, abarcan técnicas específicas para detectar anomalías que podrían señalar la intervención de la IA en la creación de contenido visual.
En la era digital actual, las imágenes generadas por inteligencia artificial (IA) en redes sociales son cada vez más comunes, volviéndose un desafío distinguirlas de las fotografías reales.
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Uno de los primeros puntos a considerar es que las imágenes creadas por inteligencia artificial pueden presentar anomalías en pequeños detalles, esto incluye aspectos como los dedos, que pueden aparecer deformes o en cantidad incorrecta, y los dientes que a menudo se muestran demasiado uniformes o mal alineados.
También, las imágenes generadas por IA a menudo contienen errores en la forma en que se representan los reflejos y las sombras.
La inteligencia artificial puede generar imágenes en las que los objetos y los fondos no siguen una perspectiva coherente.
Otro punto es la ortografía y gramática, debido a que las fotos creadas por inteligencia artificial no tienen en cuenta signos de puntuación o hay errores en las palabras.