Lo sabemos, es una noticia que absolutamente nadie quiere oír: la comunidad científica acaba de descubrir que las garrapatas pueden volar cortas distancias por el aire, gracias a las fuerzas de la electricidad estática que desafían la gravedad.
Estos arácnidos son parásitos, lo que significa que no pueden sobrevivir sin beber la sangre de animales más grandes.
«Encontrar ese huésped es el momento más importante de su vida», afirma Sam England, biólogo e investigador postdoctoral del Museo de Historia Natural de Berlín (Alemania).
Al mismo tiempo, las garrapatas tienen un problema. No pueden saltar y pueden ser extremadamente pequeñas, a veces no más grandes que una semilla de amapola en una magdalena.
Además, muchas especies de garrapatas son sedentarias, lo que significa que se suben a una brizna de hierba y esperan a su huésped con la pata ganchuda extendida. Cuando pasa un ciervo, una oveja o incluso un ratón, la garrapata debe engancharse en un instante.
Pero con la electricidad estática como compañera secreta, parece que algunas garrapatas pueden obtener un impulso extra para alcanzar a sus huéspedes.
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Utilizando garrapatas del ricino (Ixodes ricinus) capturadas en la naturaleza, cuyas hembras son un importante vector de transmisión de la enfermedad Lyme en Europa, England y sus coautores demostraron que las ninfas de garrapata de un milímetro de tamaño sostenidas con pinzas podían disparar sus cuerpos varios centímetros por el aire cuando se exponían a la electricidad estática.
«Lo vimos inmediatamente», afirma England, cuyo estudio lo realizó como estudiante de doctorado en la Universidad de Bristol (Reino Unido). «Probablemente sea la primera y la última vez que me pase eso en ciencia: un experimento funciona literalmente a la primera».
Con un mejor conocimiento de cómo se adhieren estos animales a los huéspedes, England cree que el descubrimiento podría dar lugar a una nueva generación de sprays antigarrapatas o materiales repelentes de garrapatas para exteriores.
Cómo la electricidad estática hace «volar» a las garrapatas
Cuando los animales se desplazan por la hierba, la arena e incluso el aire, la fricción de sus movimientos crea cargas eléctricas, explica England. Éstas pueden ser positivas (transportadas por protones) o negativas (transportadas por electrones). «Y si son de polaridad opuesta, se atraerán entre sí. Y si tienen la misma polaridad, se repelerán».
Muchos de nosotros conocemos la electricidad estática como lo que ocurre cuando te frotas un globo en la cabeza, haciendo que se te erice el pelo. Con un objeto tan pequeño como una garrapata, esas mismas fuerzas eléctricas pueden ser suficientes para levantar al parásito del suelo por completo.
En el laboratorio, los científicos crearon fricción frotando una pata de conejo seca sobre una lámina de plástico acrílico, creando cargas opuestas en ambos materiales. A continuación, sujetaron las garrapatas con pinzas de acero inoxidable a distintas distancias de la pata de conejo o del acrílico. Una vez liberadas de las pinzas, el equipo observó con asombro cómo todas las ninfas saltaban hacia las superficies cargadas.
Las garrapatas podían lanzarse por el aire
Curiosamente, los científicos descubrieron que las garrapatas podían lanzarse por el aire cuando se exponían tanto a cargas positivas como negativas, lo que sugiere que estas fuerzas naturales superan cualquier carga que la garrapata tenga en su propio cuerpo. Los experimentos también demostraron que una garrapata puede desplazarse por el aire verticalmente, lo que resulta más difícil que horizontalmente, la dirección más típica para una garrapata en busca de un huésped.
«Básicamente, la atracción siempre gana, y son arrastradas hacia arriba», afirma England. Aunque el estudio actual se centró en las ninfas de garrapata, las fuerzas en juego aquí también funcionarían para las garrapatas adultas, así como para animales de tamaño similar, como piojos o ácaros.