NACIONALES. – De acuerdo a la Red Coordinadora de Instituciones Privadas pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (COIPRODEN) reveló que, en lo que va del año 2023, 609 niños y jóvenes han perdido la vida de manera violenta en Honduras.
Monika Molina, coordinadora del proyecto de protección de la niñez en COIPRODEN, expresó su pesar por esta escalofriante estadística y destacó la urgencia de abordar de manera integral las diversas problemáticas que afectan al país.
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Las regiones más afectadas por estas muertes violentas son mayormente Olancho, Francisco Morazán y Cortés. Molina enfatiza que la violencia se ha convertido en un fenómeno estructural que requiere atención integral, incluyendo la garantía de derechos y servicios esenciales como la educación y la salud.
La principal causa de esta lamentable situación es la delincuencia y la normalización de la violencia. La tecnología y otras plataformas han contribuido a que los niños crezcan en entornos altamente violentos, donde las mujeres también son víctimas, arrastrando consigo a cientos de niños y niñas.
Cifras
El aumento es significativo en comparación con el año anterior, que registró 569 muertes violentas en menores. Hasta octubre de 2023, ya se contabilizan 609 casos, subrayando la urgencia de abordar este problema de manera efectiva.
La representante de COIPRODEN lamenta que, según la Constitución y otras leyes, las familias deberían ser los primeros protectores, pero estos fenómenos se intensifican, exponiendo a los niños a entornos cada vez más violentos. Las escuelas, que solían considerarse entornos seguros, ya no ofrecen esa garantía, y la comunidad no reacciona frente a esta situación.
Molina destaca la necesidad de denunciar y responsabilizar a la sociedad y a las familias para revertir esta alarmante tendencia.