TEGUCIGALPA, HONDURAS. – El proyecto mundial de Justicia señala al Congreso Nacional de Honduras como un actor fundamental que socava la democracia y el Estado de Derecho.
Asimismo, el panorama es desalentador, ya que esta institución ocupa el puesto 132 de 142 a nivel mundial en el índice de la lucha contra la corrupción.
El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), señala que esta preocupante evaluación se debe en gran medida a la forma autoritaria en que la Junta Directiva y su presidencia han dirigido el Congreso Nacional, con una falta evidente de diálogo.
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Según el informe Índice del Estado de Derecho 2023, el Congreso Nacional también está clasificado como la institución peor evaluada en el país en la lucha contra la corrupción, ocupando un inquietante lugar 132 a nivel mundial y el puesto 26 de 32 en América Latina.
César Espinal, del CNA, destacó: «Ese indicador no llega a un puntaje decente. Hay ineficiencia en el papel que juega el Congreso Nacional y esto se debe a su actuación en los últimos dos años». El Congreso, por su parte, ha sido acusado de priorizar los intereses de la élite política en lugar de atender los asuntos fundamentales.
Fátima Mena, diputada del Partido Salvador de Honduras (PSH), destaca algunas debilidades, como la falta de operatividad de la página web del Congreso y la falta de transparencia en la ejecución del presupuesto, especialmente en el tema de subsidios.
Las críticas internas no se hacen esperar, ya que algunos miembros de la bancada nacionalista culpan a la Junta Directiva por la lamentable posición en el índice. Para el caso, la congresista Johana Bermúdez señala la presencia de diputados corruptos en el liderazgo del Congreso como un factor negativo en su desempeño
