Mariam Nabatanzi, es una mujer conocida como la más fértil del mundo, ha llamado la atención el ámbito internacional por tener 45 hijos con 44 años. Esta mujer procedente de Uganda, y es originaria de la aldea de Kabimbiri, ha vivido una realidad marcada por obstáculos y desafíos con una extraordinaria capacidad de supervivencia. Su caso no solo resalta por su asombrosa fertilidad sino también por las adversidades que ha enfrentado desde una edad temprana, incluyendo el abandono y un matrimonio forzado con tan solo 12 años.
De acuerdo con los médicos especialistas en la medicina reproductiva, la condición de Nabatanzi se debe a un caso excepcional de hiperovulación, que la lleva a producir múltiples óvulos en un solo ciclo menstrual. Charles Kiggundu, quien es médico del Hospital Mulago en Kampala, ha señalado al diario The Sun, que este fenómeno es extremadamente extraño, lo que ha llevado a Nabatanzi a experimentar 15 partos múltiples.
Criar a sus hijos como madre soltera en una sociedad que presenta numerosos desafíos para las mujeres en situación de vulnerabilidad ha requerido una inmensa fuerza y determinación de su parte.
Nabatanzi ha tenido que buscar diferentes alternativas para poder sostener a su gran familia. A lo largo de los años, ha trabajado en varios oficios, desde peluquera hasta vender hierbas medicinales. La responsabilidad de proveer alimento, salud, educación y vestimenta para su numerosa familia ha sido una lucha incansable, evidenciando su gran esfuerzo y la ayuda de sus hijos en las tareas domésticas para mantener su el hogar en la mejores condiciones.
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Su triste historia
La joven madre ha dado a conocer su triste historia y experiencia de haber estado embarazada durante 12 años de su vida, enfrentándola abandonada por su marido y luchando diariamente para llevar el alimento y cuidado a su casa y poder mantener a sus hijos. “Crecí llorando, mi hombre me ha causado mucho sufrimiento”, reconoció en una entrevista con la agencia Reuters sobre ese momento de su vida.
Mariam, quien es perteneciente a una aldea sencilla en Uganda, relató cómo desde muy joven tuvo que tomar responsabilidades adultas, incluyendo un matrimonio obligado a los 12 años con un hombre de 40 y polígamo. Su ciclo de maternidad inició poco después: dio a cinco pares de mellizos, cinco de trillizos y cinco de cuatrillizos.
Es importante destacar que, en el continente africano, la cifra de niñas obligadas a casarse desde muy jóvenes supera los 130 millones.
La conmovedora historia de Mariam Nabatanzi arroja luz sobre los profundos problemas sociales y de salud reproductiva que enfrentan muchas mujeres y niñas en Uganda y en todo el continente africano.