INTERNACIONALES.- El miedo cunde entre los migrantes varados en el límite norte de México tras el acuerdo de Estados Unidos con el Gobierno mexicano, que se comprometió en Ciudad Juárez a deportar a los indocumentados a sus países de origen para despresurizar la frontera ante la nueva oleada migratoria.
El temor ha crecido desde el viernes pasado, cuando funcionarios del Gobierno de México se reunieron en esta frontera con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, quien ahora entregará a México a migrantes deportados en el Puente Internacional de Ciudad Juárez.
El Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano anunció en un comunicado su compromiso de «realizar las gestiones con los gobiernos de Venezuela, Brasil, Nicaragua, Colombia y Cuba para que reciban a sus connacionales» y «continuar con el operativo espejo en la frontera de México y Estados Unidos».
Esto significa un mayor riesgo de deportación para migrantes, quien han pasado por ocho países hasta llegar a este campamento de unas 700 personas que llevan cuatro días esperando para cruzar en la puerta 36 del muro fronterizo entre Juárez y El Paso.
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México vive una nueva ola migratoria, como ha mostrado la suspensión de 60 trenes de carga de la empresa Ferromex por la presencia de miles de migrantes en los carros y en las vías, manifestaciones, campamentos en Ciudad de México y estampidas en la frontera sur.
“Lo de migrantes se está atendiendo”, afirmó este lunes el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien convocará a cancilleres de 10 países expulsores de migrantes para plantearle una propuesta sobre el tema al mandatario estadounidense, Joe Biden en una posible reunión en noviembre.