Los sorprendentes beneficios de decir malas palabras: señal de inteligencia, alivio del dolor y más.
CURIOSIDADES.- En la sociedad instruida se sostiene la creencia de que emplear vocabulario obsceno es un indicio de vulgaridad que denota escasez de inteligencia y educación. ¿Por qué recurrir a un lenguaje grosero cuando se tiene la fortuna de contar con un repertorio lingüístico enriquecido?
Sin embargo, algunos consideran que dicha percepción está cargada de tonterías. De hecho, investigaciones revelan que el uso de expresiones malsonantes puede ser un signo de habilidad verbal superior, además de brindar posibles recompensas adicionales.
“Las ventajas de decir malas palabras comenzaron a surgir en las dos últimas décadas como resultado de una gran cantidad de investigaciones sobre el cerebro y las emociones, junto con una tecnología mucho mejor para estudiar la anatomía del cerebro.”
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- Maldecir puede ser un signo de inteligencia
Las personas bien educadas y con muchas palabras a su disposición, según un estudio de 2015, son mejores inventando malas palabras que las que tienen menos fluidez verbal.
Para dicho estudio, se pidió a los participantes que enumerarán el mayor número de palabras que empezaran con F, A o S en un minuto. Otro minuto se dedicó a inventar malas palabras con F, A y S, y en este segundo intento fue donde más palabras se dijeron.
Es un signo de inteligencia “en la medida de que el lenguaje está correlacionado con la inteligencia”, afirmó Jay, autor del estudio.
- Decir malas palabras es un signo de honestidad
La ciencia también encontró un vinculo positivo entre la blasfemia y la honestidad. Según una serie de tres estudios publicados en 2017, las personas que dicen malas palabras mienten menos a nivel interpersonal y tienen mayores niveles de integridad en general.
- Las blasfemias mejoran la tolerancia al dolor
¿Quieres aguantar hasta el final? Adelante, suelta unas cuantas malas palabras.
Los ciclistas que decían malas palabras mientras pedaleaban contra la resistencia tenían más potencia y fuerza que los que utilizaban palabras ‘neutras’, según demuestran varios estudios.
- Maldecir es un signo de creatividad
La capacidad de decir malas palabras parece estar centrado en el lado derecho del cerebro, la parte que las personas suelen llamas “el cerebro creativo”:
- Lanzar improperios en lugar de puñetazos
¿Por qué decimos malas palabras? Quizá porque éstas proporcionan una ventaja evolutiva que puede protegernos de daños físicos, según Jay.
“Un perro o un gato te arañan o te muerden cuando están asustados o enfadados”, explica. “Decir malas palabras nos permite expresar simbólicamente nuestras emociones sin tener que hacerlo con uñas y dientes”.
¿Significa eso que debemos maldecir siempre que nos apetezca, independientemente de nuestro entorno o de los sentimientos de los demás? Por supuesto que no. Pero, al menos, la próxima vez que se te escape una mala palabra sin querer, no tengas que preocuparte tanto por lo que pensarán.
Al fin y al cabo, no somos más que seres humanos.
REDACCIÓN: GUADALUPE CARBAJAL