Es normal tener el capricho de consumir una golosina dulce de vez en cuando, el problema es cuando esos antojos nos superan y ponen en riesgo nuestra salud.
SALUD.– Querer un poco de chocolate, un caramelo, algo de nata, una dona en alguna ocasión es totalmente normal y le ocurre a todo el mundo. Sin embargo, puede convertirse en un problema si la ansiedad por comer dulce se vuelve una situación recurrente.
La causa de estos no está definida, aunque pueda parecer una de las explicaciones más obvias, no existe evidencia científica que confirme la relación entre los antojos y el déficit de nutrientes. Solo algunas afecciones como la pica o la falta de sodio han demostrado provocar antojos. Existen otros factores, tanto físicos como mentales, que se han estudiado y se ha descubierto que provocan antojos, como, por ejemplo, la falta de sueño, el estrés, los cambios hormonales, la insuficiencia del líquido e incluso, los cambios de humor.
Para entender mejor es importante recordar que determinadas sustancias químicas del azúcar y del chocolate activan la zona de recompensa del cerebro, se produce una sensación de bienestar e hiperactividad porque incrementa la segregación de endorfinas. Sin embargo, este efecto dura muy poco, pues los alimentos con azúcar refinada contienen carbohidratos de rápida absorción.
Es así como el exceso de azúcar en la sangre causa hiperglucemia que hace reaccionar al organismo generando insulina. Este proceso ayuda a bajar la concentración de glucosa, lo que hace volver al punto de partida y a un círculo vicioso en el que la insulina sea cada vez más ineficiente para restablecer la glucosa en la sangre. Es por ello que hay que saber cómo evitar el antojo de dulce para no poner en riesgo la salud.
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La buena noticia es que hay alimentos saludables y algunos consejos que pueden ayudar a combatir estas ansias y deseo de dulces. Constanza Fernández de Gamboa, psicoterapeuta especialista en desórdenes de alimentación, nos brinda las siguientes pautas.
En el corto plazo, para evitar los antojos de dulce y otras comidas adictivas, Fernández, propone abordar esos picos de intranquilidad con algunos trucos. Entre ellos, guiarnos del reloj: tener muy claras las horas en las que se come y ceñirse a ellas. “Es recomendable hacer 4 o 5 comidas al día, de tal manera que el espacio entre ingestas sea corto y cueste menos picar”. Es decir, que se trata de ayudarnos del reloj para frenar ese pensamiento y cuando surjan las ganas decirnos “hasta dentro de una hora no me toca la merienda o la comida”.
Otro truco para evitar tomar un dulce o chocolate de postre y que ayuda a controlar o frenar ese deseo es lavarse los dientes justo después de cada comida, propone Fernández de Gamboa, quien recomienda, también, sustituir el postre por infusiones o bebidas saludables que no estén asociadas a ningún aperitivo
Por último, la psicóloga recalca la importancia de no prohibirse los antojos y de regular la cantidad. “No pasa nada por darse un antojo de vez en cuando. Y si la cantidad es pequeña, pues tampoco supone un problema. Por ejemplo, tomarse una onza de chocolate al día”.
Recordemos, que toda comida puede ser saludable si consideramos el impacto que tiene en nuestra salud emocional.
REDACCIÓN: ÁNGELES OCHOA