Conoce el relato de una madre que deja su pequeña bebé de tan solo 8 meses de edad por cruzar la frontera rumbo a Estados Unidos.
La triste realidad por la que atraviesan los hondureños migrantes al cruzar la frontera poniendo en riesgo su vida en un largo camino, en busca del tan anhelado sueño americano, se vuelve en algunos casos algo inalcanzable, cuando los compatriotas son detenidos en la frontera de México con Estados Unidos y luego son deportados de regreso al territorio hondureño.
Los compatriotas toman la dura decisión de dejar su familia, que es el tesoro más apreciado y el país que los vio nacer, debido a la corrupción y la inseguridad que invade a Honduras, las faltas de oportunidades para obtener un buen empleo en Honduras es algo que se vuelve casi imposible.
Esos sentimientos de nostalgia que siente un migrante hondureño cuando deja todo, por obtener un futuro mejor para su familia, se potencian y se echan de menos cuando la distancia que los separa es grande sin embargo las necesidades son más fuertes.
El relato de una joven que dejo lo que más amaba su pequeña bebé de tan solo 8 meses de nacida “salí de Honduras y tengo cuatro meses sufriendo en México y me duele no poder ver a mi familia, mis abuelos con los que deje a mi bebe de 8 meses”.
“Llevo meses sin verlos, mi corazón vive muy triste por haber dejado lo que más he amado, pero me voy para darles lo que en mi país nunca les voy a dar, pero me perderé los mejores años de mi hija”, la madre con lágrimas que rodaban por sus mejías comentó.
Asimismo, un joven hondureño migrante en una entrevista dijo que “salí de mi patria por la delincuencia, pero inmigrar no es nada fácil porque en el camino se sufre mucho, si en Honduras la situación fuera más halagadora para los jóvenes, pienso que no nos moveríamos”, con dolor en su alma lamentó la situación de su país de origen.
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