Experimentar su efectividad en los grupos demográficos más vulnerables al COVID-19 es fundamental para un avance en la creación de la vacuna, según estudios, los hispanos, negros y personas mayores con enfermedades base son más propensos a enfermarse.
De acuerdo con los laboratorios que actualmente se encuentran trabajando en la creación de la vacuna, es crucial contar con una buena representación de estos grupos vulnerables, aproximadamente 30,000 voluntarios requeridos por cada ensayo clínico.
Conforme reportes de USA Today más de 130,000 personas se han registrado a finales de julio en la página web que contabiliza las personas interesadas en participar como voluntarios en este ensayo.
Para la seguridad de los voluntarios, los laboratorios aseguran que la fase 3 es la última etapa, la cual llega después de que se han hecho pruebas iniciales en células dentro de un lugar equipado para hacer experimentos médicos, después en animales y si no se detectan problemas se pasa a realizar pruebas en los humanos.
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No todos los voluntarios recibirán la vacuna, a una mitad se le da placebo y a la otra vacuna, de modo que se pueda comparar los resultados de ambos grupos en las mismas condiciones.
Además Daniel Host, director del Centro de Desarrollo de Vacunas de la Universidad de Saint Louis dijo que se brinda recompensa por participar en dicho experimento, “lo que hacemos es dar compensación por el tiempo y las molestias”, explicó.