La Amnistía Internacional advirtió el pasado 13 de julio que los gobiernos debían informar sobre sobre los fallecimientos del personal sanitario luego que se realizara una investigación llevada a cabo en 79 países en los que han sido reportadas 3,000 muertes de médicos a causa de la pandemia.
En cuanto a Centroamérica, presenta una tasa de letalidad del 2.7 % de la cual El Salvador tiene una tasa de letalidad de médicos de 9%.
Esta tasa de letalidad se calcula dividiendo el número de médicos fallecidos por COVID-19 (26 hasta el 15 de julio) entre el total de muertes reportadas por el Gobierno (286 hasta esa misma fecha).
Los otros países con la tasa más alta de letalidad de médicos en Centroamérica son Guatemala, 2 % en Honduras y Costa Rica con un 5% donde hasta el 16 de junio se reportaba la muerte de dos médicos, uno en ejercicio y otro jubilado.
Por su parte, Nicaragua no ha sido incluida en este análisis debido a que el Gobierno de Daniel Ortega reporta a la OMS cifras mucho menores a las que reporta el Observatorio Ciudadano COVID-19.
José Gonzalo Batres Baires, médico intensivista que ha luchado contra la pandemia en Alemania, considera que “el porcentaje de médicos fallecidos por COVID-19 es sin duda alarmante». Él cree que se debe discutir si el número absoluto de galenos fallecidos, corresponde con el comportamiento de la pandemia o no.
“Para esto hay que considerar varios factores (modificables y no modificables). Un ejemplo de factor no modificable es el llamado “subregistro” porque es imposible hacer un cribado para toda la población y además se escapan pacientes que pasan como asintomáticos. Esto conduce a un sesgo en la estadística”, menciono Batres.
De igual manera, el medico explica que entre los factores “modificables” están que se provea a los médicos con suficiente y adecuado equipo de protección personal.
El epidemiólogo José Adán Montes considera que además del número de médicos fallecidos es necesario conocer sus edades, el área hospitalaria en la que trabajaban (consulta externa, triage gripario, cuidados intermedios, cuidados críticos, anestesiología), pues el nivel de exposición que tienen los médicos en distintas áreas de trabajo “es importante”.
“Sabemos que a mayor edad es mayor el riesgo, que si hay enfermedad no transmisible concomitante aumenta el riesgo y otro factor de peso es el contar con el Equipo de Protección Personal adecuado, y bien utilizado. Es decir cumplir estrictamente el protocolo al momento de retirarse el equipo contaminado”, añade el epidemiólogo.
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Además del control y protección del “recurso humano” de primera línea, Batres Baires explica que existen otras variables que deberían controlarse para descifrar si el porcentaje de médicos muertos en El Salvador es efectivamente mayor al de otros países.