Los países más pobres del mundo, entre los que figura Honduras, sin duda que son los más golpeados por la pandemia de coronavirus, que se ha esparcido como reguero de pólvora por todo el planeta.
La pandemia ha llevado a medidas extremas, como el confinamiento, que en el caso de nuestro país comenzó el 12 de marzo, cuando fué declarada la emergencia nacional y el toque de queda, que se ha venido prolongando, la última vez hasta el 24 de mayo.
Pero el confinamiento de todos los sectores está teniendo un alto costo económico y social, porque el país está paralizado, mientras un alto porcentaje de la población vive angustiada y desesperada por la falta de ingresos y comida, entre otras necesidades.
Otros que son menos, aunque tengan algún dinero, no pueden comprar todo lo que desean, ni emprender ningún proyecto que le genere ingresos, mucho menos generar empleos, que tanto faltan.
A propósito de empleos, según fuentes privadas, en el país se habrían perdido al menos un millón en lo que va de la emergencia por el COVID-19, que es transmitido por un virus impredecible, según el científico hondureño Salvador Moncada.
Además, según Salvador Moncada, impredecibles podrían ser también las consecuencias que sufrirá el país por un virus que sorprendió a todo el mundo, comenzando por los países desarrollados.
Fuentes privadas calculan que una de cada tres micro, pequeñas y medianas empresas, conocidas como Mipymes, que generan alrededor del 70 % de los empleos en el país, están en peligro de cerrar operaciones por el impacto de la pandemia del coronavirus.
En medio de tantos males, y pese a que el país se sigue endeudando con organismos internacionales de crédito, con una deuda que, entre externa e interna supera los 12.000 millones de dólares, firmas internacionales como Moody’s mantienen una calificación y perspectivas estables para Honduras.
Las buenas calificaciones, según la ministra de Finanzas, Rocío Tábora, se sustentan en la fortaleza crediticia, como un marco de política fiscal sólido, respaldado por la Ley de Responsabilidad y el compromiso del Gobierno con políticas fiscales y monetarias prudentes.
Sin embargo, según ha advertido la ministra Rocío Tábora, el impacto potencial del brote de coronavirus en los ingresos del Gobierno será sustancial en 2020, lo que lleva a un déficit esperado de poco menos del 3 por ciento del Producto Interno Bruto.
Lo ideal sería que, durante la emergencia, el país pueda impulsar una estrategia efectiva que, no solamente controle la pandemia de coronavirus, sino que también el gasto en lo posible, con mucha transparencia y que la reactivación económica, de todos los sectores, marche de la mejor forma.
En abril, el Congreso Nacional le aprobó al Gobierno una emisión de bonos para la creación de un fondo de emergencia y la agilización de un préstamo que ayude a atender la emergencia sanitaria, que serían manejados por un banco internacional pequeño y con mucho menos alcance que los bancos grandes.
Países latinoamericanos, con calificaciones estables por parte de calificadoras internacionales, que están a la par de Honduras, han apostado a otras iniciativas en el exterior para captar recursos e impulsar la reactivación económica.
Ese es el caso de Guatemala, República Dominicana y Costa Rica, que han conseguido emisión de bonos, pero con bancos estructuradores de peso a nivel internacional, como el Banco de América, el JP Morgan y el Banco Paribas.
Guatemala ha accedido a 1.200 millones de dólares, República Dominicana a 2.500 millones y Costa Rica a 1.200 millones, a una tasa que oscila entre el 4,5 y 6,1 por ciento, y plazos que van desde los 10 a los 40 años.
Radio Cadena Voces deja hoy este mensaje a los gobernantes con el sano propósito de crear conocimiento y conciencia sobre lo que necesita Honduras para la reactivación económica.