Los relatos de los pacientes que han vencido al Coronavirus son aterradores y mencionan algunas de las secuelas que el Covid-19 podría dejar, entre ellas desgaste muscular masivo, desnutrición y dificultades respiratorias.
«Es como un tsunami, te arrastra física y moralmente», asegura un paciente positivo de coronavirus.
Georges, de 77 años, hospitalizado en Francia, pasó ocho días en cuidados intensivos y luego de haber salido se queda rápidamente sin aliento bajo su mascarilla quirúrgica.
«He recorrido un largo camino», dice este paciente, que describe «visiones apocalípticas» durante su coma artificial.
Al salir del hospital, «pensé que podía irme a casa, pero admito que no podría haber caminado ni 10 metros” el hombre describe un cansancio que nunca antes había experimentado.
En el Instituto Clemenceau, que ha abierto dos unidades de 18 y 20 camas dedicadas al COVID-19, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas y psicólogos trabajan con empeño para que los pacientes que han quedado muy disminuidos por la enfermedad vuelvan a ponerse de pie.
Existen pacientes con desnutrición, han perdido entre el 10 y el 15% de su peso durante la enfermedad, también problemas de deglución relacionados con la intubación.
En el caso de los pacientes que pasaron por cuidados intensivos, el trabajo de rehabilitación podría durar entre seis semanas a seis meses.
«Tienen una doble pena: tuvieron el coronavirus, daños musculares y neurológicos, y encima tienen todos los efectos vinculados a la inactividad», explica la doctora Marie Eve Isner a la Agencia Francesa, expertos aseguran que en una semana de inmovilización, se puede perder el 10% de tu masa muscular.
MIRA: ¡INTERFERÓN! Medicamento cubano que ha ayudado al mundo en el combate al COVID-19.
Algunos pacientes recuperados que llegan a los centros no pueden ni siquiera sentarse y todos tienen que volver a aprender los movimientos de la vida cotidiana. «Pasamos por el entrenamiento de sentarse, pararse, caminar y hacer esfuerzo», explica el jefe del equipo de apoyo técnico, Julien Przybyla.
«No se lo desearía a nadie porque es muy difícil, es realmente una porquería, si se me permite decirlo», dijo Abdesslam, de 58 años, para quien el coronavirus le ha perjudicado su asma.
Pero la rehabilitación también implica «repensar un plan de vida», detalla Marie Velten, coordinadora de cuidados intensivos.
Para ella es esencial que estos pacientes, que están debilitados psicológicamente por el confinamiento, establezcan relaciones con el personal de enfermería, sobre todo ya que las visitas siguen estando prohibidas.
Además de las dificultades físicas, los pacientes «tienen muchas pesadillas, tienen una sensibilidad a lo que pasó cuando estuvieron en cuidados intensivos», añade la enfermera Vanessa Beague.
Médicos aseguran que los pacientes registran secuelas neurológicas y cognitivas.