La Asamblea General de Emergencia de la ONU aprobó incorporar al Estado de Palestina como miembro pleno por 143 votos a favor, 9 en contra y 25 abstenciones.
Bolivia, Brasil, Chile, China, Colombia, Cuba, Egipto, España, Francia, Grecia, Guatemala, Honduras, India, Irán, Irlanda, Japón, México, Nicaragua, Oman, Panamá, Perú, Portugal, Qatar, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Siria, Uruguay, Yemen y Venezuela, entre otros países, votaron a favor.
Argentina, República Checa, Estados Unidos, Hungría, Israel, Micronesia, Nauru, Palau y Papua, votaron en contra.
Albania, Austria, Bulgaria, Canadá, Croacia, Fiji, Finlandia, Georgia, Alemania, Latvia, Italia, Lituania, Malawi, Islas Marshall, Monaco, Reino de los Países Bajos, Macedonia del Norte, Moldavia, Paraguay, Romania, Vanuatu, Reino Unido, Ucrania, Suecia, Suiza, las 25 abstenciones al momento de votar.
En términos jurídicos, el proyecto de Resolución instó al Consejo de Seguridad a reconsiderar el veto emitido por Estados Unidos, el obstáculo legal que evita que Palestina ocupe un sitio en la ONU con derecho a voz y voto.
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Pero desde una perspectiva ceñida a la realpolitik y al tablero internacional, los 143 votos significan que la amplia mayoría de la Asamblea General, más de las dos terceras partes apoyan que el Estado Palestina tenga voz y voto en la ONU.
En el actual contexto de la situación en Medio Oriente, ese espacio diplomático estaría en manos del grupo terrorista Hamas que controla Gaza y de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que aún administra Cisjordania.
La ANP administraba Gaza y Cisjordania hasta que fue expulsada de La Franja por Hamas, ahora la Autoridad Nacional Palestina enfrenta una situación muy compleja en Cisjordania por el crecimiento constante del grupo terrorista que financia Irán.
Si finalmente se aceptara que Palestina sea miembro pleno, en las actuales circunstancias, podría ocurrir que Hamas finalmente tenga una representación en las Naciones Unidas.
Los terroristas avalados por Teherán tendrían pasaporte diplomático y podrían entrar sus valijas sin control de las fuerzas de seguridad en todas las capitales del mundo.