Cuando Red Bull retomó las cosas donde las dejó al final del 2023 en la Fórmula 1, afuera la marca de bebidas energéticas ha dado de qué hablar en este inicio de temporada, con varios de los protagonistas involucrados en una batalla mediática, excepto quien parece ser la pieza clave para el extraordinario funcionamiento del auto, el director técnico Adrian Newey.
Después de construir el monoplaza más exitoso en la historia de la categoría, el RB19 que ganó 21 de 22 carreras en el calendario anterior.
En este 2024 el aclamado ingeniero tenía la misión de al menos igualar lo hecho y el RB20 hasta ahora ha cumplido a lo grande, con dos 1-2 en el arranque de la campaña de lo que podría ser el tercer campeonato de constructores en fila para la organización y el cuarto consecutivo para el piloto Max Verstappen.
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Como una muestra del dominio, el neerlandés superó por 25 segundos al español Carlos Sainz (Ferrari), tercero en Bahréin y casi por 19 al monegasco Charles Leclerc (Ferrari), quien completó el podio en Arabia Saudita; en esos dos fines de semana.
El tricampeón les sacó una vuelta a 16 participantes en total, para demostrar que el receso no cambió nada en el diseño, el chasis, el motor e incluso las paradas de pits para los monarcas.
Sin embargo, Newey no fue a la segura y a pesar del éxito en 2023, Sergio Pérez, el otro volante de la escuadra, dijo que el nuevo modelo implicaba una “revolución”, respecto a su antecesor, al modificar aspectos del radiador y de los sidepods, aunque lejos de acercarse a sus rivales ha tomado mayor distancia.