Los cambios que se muestran en la piel son una de las manifestaciones más claras del envejecimiento, que se pueden apreciar en la aparición de arrugas y flacidez en el rostro. Cada capa de la piel contiene tejido conectivo, con fibras de colágeno para brindar soporte y fibras de elastina que dan flexibilidad y fuerza.
Con el paso de los años, este proceso natural de envejecimiento afecta nuestra apariencia externa y su origen es multicausal. “Los cambios en la piel están relacionados con factores ambientales, constitución genética, nutrición y otros. Sin embargo, el factor individual más importante es la exposición al sol. Puede verlo comparando las zonas del cuerpo que tienen una exposición regular al sol con zonas que están protegidas de la luz solar”, señala la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Una adecuada alimentación que aporte las vitaminas necesarias para cuidar la piel y el consumo abundante de líquidos son de gran ayuda para mejorar la salud de la piel.
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¿La vitamina C es la que mejor para retrasar el envejecimiento?
La vitamina C (ácido ascórbico) es un eficaz antioxidante que juega un papel clave e importante en el mantenimiento de una piel sana al combatir radicales libres. Además, es indispensable para la síntesis de colágeno, una proteína vital para la estructura y elasticidad de la piel.
“La vitamina C protege contra los efectos de los radicales libres, las moléculas que se producen cuando el cuerpo descompone los alimentos o se expone al humo del tabaco y la radiación del sol, rayos X u otras fuentes. Los radicales libres pueden desempeñar un papel en las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras enfermedades. La vitamina C también ayuda al cuerpo a absorber y almacenar el hierro”, manifiestan los especialistas de Mayo Clinic.
Estas propiedades no solamente cuidan la piel del daño oxidativo, ya que la vitamina C protege en dos sentidos, además de ser un escudo contra el deterioro celular, es esencial para la producción de colágeno, fundamental para la regeneración cutánea.
Vitamina E
A medida que el cuerpo humano envejece, la necesidad de vitamina se incrementa. Este nutriente esencial, conocido por su papel crucial en la regulación del sistema inmunológico, es un aliado contra el deterioro celular y el envejecimiento prematuro. Regulación del sistema inmunológico, es un aliado contra el deterioro celular y el envejecimiento prematuro.
La vitamina E es un gran antioxidante y comparte con la vitamina C su poder de ayudar a neutralizar los radicales libres, moléculas que causan daño celular y contribuyen al envejecimiento. Además, repara las membranas celulares y puede mejorar los síntomas del eczema.
Aunque nuestro cuerpo produce vitamina E de forma natural, factores externos como la exposición solar pueden disminuir sus niveles.
La vitamina E se encuentra en aceites vegetales, nueces y maní, semillas de girasol, frutas y verduras como hojas de remolacha, col rizada, espinacas, calabazas, pimiento rojo, espárragos, mangos y aguacates o paltas.
La cantidad diaria recomendada (CDR) de vitamina E para hombres y mujeres de 14 años o más es de 15 mg al día (o 22 unidades internacionales, UI), incluidas las mujeres embarazadas. Las mujeres lactantes necesitan un poco más, 19 mg (28 UI) al día.
Vitamina A
La vitamina A proviene de dos fuentes. Un grupo, llamado retinoides, que proviene de fuentes animales e incluye el retinol. El otro grupo, llamado carotenoides, proviene de las plantas e incluye el betacaroteno. El cuerpo convierte el betacaroteno en vitamina A.
El retinol es un componente esencial e importante que ayuda a la regeneración celular y a la producción de colágeno y elastina. Entre sus propiedades se puede destacar la capacidad de reducir las arrugas finas, mejorar la luminosidad y atenuar las manchas.
La vitamina A está presente en muchos alimentos, como la espinaca, los productos lácteos y el hígado. Otras fuentes son los alimentos ricos en betacaroteno, como los vegetales de hoja, las zanahorias y él meló. Tu cuerpo transforma los betacarotenos en vitamina A.
Otra forma de incorporar el retinol es en cremas o sérums, que deben ser aplicados de forma gradual y bajo los consejos de un especialista.
En este aspecto, los expertos de Harvard señalan que los retinoides en las cremas para la piel pueden hacer que la piel se vuelva muy sensible a la luz brillante, por lo que se recomienda aplicar cremas con vitamina A por la noche y evitar el sol fuerte después de su uso.