La NASA puso en órbita un avanzado satélite, que le permitirá medir con mayor precisión los efectos del cambio climático en nuestro planeta.
PACE (Plancton, Aerosol, Clima y Ecosistema oceánico) se lanzó a bordo de un cohete Falcon 9, de SpaceX, desde la base en Cabo Cañaveral, Florida y comenzó a programarse desde hace 20 años.
«PACE nos ayudará a aprender, como nunca antes, cómo las partículas en nuestra atmósfera y nuestros océanos pueden identificar factores clave que impactan el calentamiento global», indicó el administrador de la NASA, Bill Nelson.
La agencia espacial confirmó la activación de la señal del satélite cinco minutos después de su lanzamiento. El satélite pasará aproximadamente tres años estudiando los océanos y la atmósfera a una altura de 676 kilómetros.
Además, todos los días, escaneará el planeta con dos instrumentos polarímetros, herramientas diseñadas para estudiar cómo interactúa la luz solar con las partículas en el aire y un tercer instrumento para analizar los océanos y otras masas de agua a través de un espectro de luz ultravioleta, visible e infrarroja cercana.
Esto ofrecerá a los investigadores de la NASA nueva información sobre los aerosoles atmosféricos, las propiedades de las nubes y la calidad del aire a escala local, regional y global y podrá rastrear la distribución del fitoplancton y, por primera vez, desde el espacio, identificar qué comunidades de estos organismos están presentes a escala global.
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Aporte de la NASA ante la emergencia por cambio climático
Al estudiar el fitoplancton se desempeñaría un papel clave en el ciclo global del carbono. Estos organismos absorben dióxido de carbono de la atmósfera y lo convierten en su material celular y también son fundamentales para el desarrollo de algunos ecosistemas acuáticos.
La NASA tiene en órbita más de dos docenas de satélites e instrumentos de observación de la Tierra.
«PACE nos dará otra dimensión» en comparación con lo que observan otros satélites, señaló Karen St. Germain, directora de ciencias de la Tierra de la NASA.
El cambio climático ha tenido un impacto de manera poderosa en los océanos. No es solo el aumento del nivel del mar, que en 2023 llegó a su máximo histórico.
La misión de PACE comenzó a programarse hace 20 años, de acuerdo con un comunicado de la NASA.
“Las oportunidades que ofrecerá PACE son muy interesantes y podremos utilizar estas increíbles tecnologías en formas que aún no hemos previsto”, declaró el científico del proyecto PACE, Jeremy Werdell, «Es verdaderamente una misión de descubrimiento».
Este satélite es uno de los varios esfuerzos de la NASA para atender la emergencia climática. En diciembre pasado, la agencia creó un centro dedicado a impulsar la difusión de datos que contribuyan a frenar el cambio climático.
El 2023 cerró como el año más caluroso de la historia y este año podría ser peor. La Oficina Meteorológica de Gran Bretaña advirtió que la temperatura promedio global podría superar momentáneamente los 1,5 °C en 2024.
Dos factores sostienen este pronóstico: las emisiones de gases contaminantes y el fenómeno El Niño, que comenzó el año pasado y todavía no ha llegado a su punto máximo.