El estrés financiero es la condición resultante de eventos financieros y económicos que crean ansiedad, preocupación o una sensación de escasez, y está acompañada por una respuesta de estrés fisiológico.
Normalmente, a medida que aumenta este estrés, el estado de salud financiera de una persona disminuye, creando también un efecto perjudicial sobre la salud física.
El estrés financiero crónico es la interrelación típica donde la salud física y financiera se impactan mutuamente.
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El estrés crónico afecta la capacidad cognitiva, la memoria y el aprendizaje.
Aumenta la probabilidad de sufrir alteraciones del sueño y la probabilidad de estrés financiero futuro y/o crónico u otras enfermedades relacionadas con el comportamiento, incluidas las cardiovasculares, diabetes y obesidad.
Estudio representativo ha encontrado evidencia de que el estrés por el dinero está relacionado con cambios a largo plazo en marcadores de salud clave, incluidos los asociados con el sistema inmunológico, el sistema nervioso y el sistema hormonal.
“¿Cómo nos afecta? Toda situación de tensión y exigencia implica un desgaste mayor físico y psíquico. La incertidumbre y la violencia que genera esta situación no nos permite estar tranquilos, al contrario, estamos asustados y preocupados. Resulta imposible pensar que nada pasa”, añadió el experto.
Cómo tener buena salud económica
Doctor destacó que, para protegerse de una situación económica estresante, se debe hacer lazo social y estar solo lo menos posible.
“La gente sola la pasa peor que quien está apoyado y sostenido por otros. Hay que trabajar en armar una red social ocupándose de interactuar con frecuencia con la familia y los amigos”.
Por otro lado, se aconseja si se tiene problemas con el dinero:
- Contarle a una persona de confianza si se está gastando demasiado o que se están teniendo problemas de salud mental.
- Entregar las tarjetas a alguien de su confianza o guardarlas en algún lugar de difícil acceso.
- Eliminar aplicaciones en las que normalmente se gasta de más o que alienten a gastar.
- Si resulta útil, evitar el uso de tarjetas de crédito.
- Identificar los problemas y armar un presupuesto. Tener un control de gastos: existen aplicaciones que pueden ayudar.
- Modificar el presupuesto para darle prioridad a las metas que ayudarán a reducir el estrés financiero, controlar los gastos personales y pagar siempre las tarjetas.
- Aprender educación financiera: es esencial para la toma adecuada de decisiones diarias. El objetivo será mantener la salud financiera y evitar problemas económicos.