CURIOSIDADES.- En la antigüedad, las mujeres que presentaban ansiedad, cambios de humor y depresión eran mandadas por sus maridos al médico, el cual le diagnosticaba que padecían de una enfermedad denominada «histeria». Su tratamiento se basaba en un «masaje pélvico» con la finalidad de lograr el paroxismo histérico, conocido en la actualidad como orgasmo.
Era tanta la cantidad de mujeres que empezaron a asistir a las consultas para recibir su «tratamiento para la histeria» que los médicos al final de la jornada de trabajo quedaban agotados y con sus manos acalambradas; por esto decidieron inventar un útil artefacto que producía vibraciones rítmicas y se lograba más fácil y más rápido el paroxismo histérico en la paciente sin necesidad del común masaje manual: he aquí el origen del vibrador.
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En esa época era visto como un artefacto curativo, incluso las mujeres más adineradas, los tenían en sus casas para cuando sentían «brotes de histeria». Luego de la aparición de dicho aparato en las películas pornográficas, este tomó un matiz netamente sexual-erótico y comenzó a ser visto como un instrumento pecaminoso.
Remontándonos a sus orígenes en el antiguo Egipto
Remontándonos a sus orígenes, en el antiguo Egipto, podemos llegar al más antiguo texto médico: un papiro descubierto en Kahoun de 1900 a.C. En lo poco que se conserva de este documento denomina la enfermedad como “perturbaciones del útero”.
La teoría diagnóstica, la descripción de los síntomas y la idea del tratamiento que aparece en él, serán aceptados hasta el siglo XIX. La idea principal es que la enfermedad se relaciona con un órgano femenino muy concreto, el útero, que no tiene lo que desea y en consecuencia se desplaza de manera imprevista por el cuerpo.
En la Antigüedad Clásica muchos filósofos abordaron el tema de la Histeria. Entre ellos el gran Platón que afirma en Timeo, Diálogos: “En las mujeres lo que se llama matriz o útero es un animal que vive en ella con el deseo de hacer hijos.
Cuando permanece mucho tiempo estéril después del periodo de la pubertad apenas se le puede soportar pues se indigna, va errante por todo el cuerpo, bloquea los conductos del aliento, impide la respiración, causa una molestia extraordinaria y ocasiona enfermedades de todo tipo”. Otros como Hipócrates y Galeno utilizan este concepto en sus escritos para dar explicación a las patologías femeninas.
En la Edad Media
La Histeria se traduce en un mal que se ha apoderado de las mujeres, son brujas que se dejan influenciar por el Diablo. En este momento, la patología deja de verse como una enfermedad y empieza a ser tratada desde el ámbito religioso. Es deber de la Iglesia deshacerse de los malos ejemplos, en este caso las mujeres “endemoniadas”, persiguiendo y juzgando a cualquiera de ellas, con castigos como la hoguera.
En el Renacimiento, la Histeria pierde su contexto demoníaco y va a desvincularse de la Iglesia y de los Sacerdotes como “sanadores” del mal, para volver al campo de la Medicina, lo que da paso a la Ciencia y a los científicos, que tratan de descubrir el misterio de la mujer diferente: la mujer histérica.