INTERNACIONALES. – El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, un crítico del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y que cumplió 12 días retenido en un Palacio Episcopal por la Policía Nacional, pidió a los fieles católicos orar por su liberación.
Los feligreses contaron a la prensa nicaragüense que Angulo Reyes, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Fátima, de la comunidad Wapy en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, arrestado la tarde del domingo por los agentes policiales tras citarlo en una reunión.
La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro del presidente Daniel Ortega y de la esposa de éste, la vicepresidenta Rosario Murillo, no se ha referido a esa denuncia. Tampoco se pronunció en anteriores detenciones.
Te puede interesar :Dos sacerdotes más arrestados en Nicaragua
También puedes ver :Régimen de Daniel Ortega detuvo a otro sacerdote en Nicaragua
Durante el domingo y el lunes de la semana pasada, los sacerdotes nicaragüenses José Iván Centeno, Julio Ricardo Norori, y Cristóbal Gadea capturados por agentes nicaragüenses, que los traslado a Managua.
El jueves al anochecer arrestaron a el sacerdote Álvaro Toledo y el sábado ocurrió lo mismo con el sacerdote Yesner Cipriano Pineda Meneses.
Los cinco sacerdotes pertenecen a la diócesis de Estelí, cuyo administrador apostólico es el obispo Rolando José Álvarez Lagos, condenado en febrero pasado a 26 años y 4 meses de prisión por delitos considerados traición a la patria.
En el caso de Angulo Reyes, éste pertenece a la diócesis de Bluefields, en el Caribe sur de Nicaragua.
Iglesias afectadas cancelan misas
La investigadora en temas religiosos Martha Patricia Molina, autora del estudio titulado “Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?” y que da seguimiento a la situación de los sacerdotes en ese país, dijo a través de su cuenta de la red social X (antes Twitter) que “las parroquias donde los curas fueron secuestrados, en su mayoría no están celebrando misa”.
“Las comunidades del interior de Nicaragua que quedaron sin sacerdotes están celebrando la palabra y ruegan por el pronto regreso de sus sacerdotes. Ellos solo desean al consagrado para seguir orando junto a él”, agregó.
Según Molina, agentes del Gobierno de Ortega mantienen vigilancia a diario sobre una serie de sacerdotes, a quienes les toman fotografías, y no descartó el arresto de más religiosos.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica están marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.