Llegar tarde es casi una religión para muchos, a otros les desquicia. ¿Hay motivos más allá de no mirar el reloj? Hay personalidades más predispuestas.
CURIOSIDADES.-Cualquiera puede llegar tarde algunas veces, pero ser la persona que siempre llega tarde, es todo un arte. De hecho, el mundo podría dividirse en dos grandes grupos: el de las personas que llegan a la hora y el de las personas que siempre llegan tarde. Para algunos esto es frustrante, tanto es así que hay quienes avisan de horas diferentes a quienes son puntuales y a quienes llegan tarde.
Llegar a las citas y al trabajo a la hora es lo ideal, al menos en la cultura occidental, donde la impuntualidad no goza de muy buena popularidad. Pero quien más y quien menos ha llegado algunos minutos tarde en más de una ocasión.
Pero llegar tarde siempre, como una parte de la manera de ser, puede llevar a más de un problema. Según una encuesta, entre el 15% y el 20% de los estadounidenses llega «constantemente tarde» a todas partes. Y en la mayoría de los casos no se trata solo de dilatar la llegada unos pocos minutos, sino incluso alguna hora. ¿Qué es lo que hace que algunas personas lleguen siempre tarde a los sitios y plazos? ¿Por qué es tan difícil solucionarlo?
Según diversos estudios científicos y expertos desde diferentes campos, los factores que influyen en la impuntualidad podrían estar relacionados con la biología, la percepción y gestión del tiempo, la experiencia o la personalidad. Eso sí, no siempre se puede echar la culpa al cerebro, el organismo o el entorno: a veces una persona también llega tarde simplemente porque se ha gestionado malo o ha querido.
¿Por qué llegan tarde las personas?
La ciencia que hay detrás de la gente que siempre llega tarde apunta, por un lado, al cerebro; en concreto, al hipocampo: una región que procesa algunos aspectos relacionados con el tiempo y cuyas neuronas podrían contribuir a la percepción y memoria de los eventos.
Además, también entra en juego la personalidad, con ciertos rasgos específicos como la falta de consciencia o la propensión a la multitarea, que pueden influir en que se olviden otras obligaciones planificadas o en la puntualidad incluidas personas con desorden hiperactivo y déficit de atención.
Finalmente, no habría que descartar la voluntad de la persona en cuestión que llega tarde o entrega a destiempo una tarea, pues podría estar vinculado a la procrastinación o a si le afecta o no su impuntualidad.
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¿Es diferente una persona puntual de otra que no lo es?
El comportamiento tardío no lo explica una sola causa, sino que las personas pueden tener diferentes motivos y patrones que les llevan a llegar tarde de forma crónica. Los motivos son específicos para cada persona y pueden ser variados: falta de motivación, distracciones, una mala noche, idealismo crónico que sería subestimar el tiempo que tardan en llegar, sensación de pérdida de tiempo etc.
Lo curioso es que la mayoría de las personas que siempre llegan tarde lo hacen para cualquier actividad, sea buena o mala, incluso a pesar de que en muchos casos las consecuencias de llegar tarde son negativas como perder el empleo. Esto explicaría lo que alguna investigación sugiere sobre el hecho de que ciertas personas están «programadas» para llegar tarde y que parte del problema pueda estar en el cerebro.
Para los investigadores, puede haber una razón biológica para la tardanza. Por ejemplo, han descubierto que al menos la mitad de los pacientes con TDAH tienen anomalías en el centro ejecutivo de su cerebro, que desempeña un papel decisivo en la gestión del tiempo. El cerebro regula aspectos como la organización, planificación motivación, regulación emocional y gestión del tiempo. Incluso las personas sin TDAH tienen fortalezas y debilidades en cada una de estas áreas.
Para algunos expertos, incluso puede haber causas genéticas: si los padres han tenido problemas en la gestión del tiempo, es probable que sus hijos también los tengan. En otra de las investigaciones realizadas en este campo, los expertos han llegado a una conclusión muy simple: las personas que llegan tarde subestiman cuánto tiempo tardarán en hacer una tarea.
Según los expertos, hay dos tipos de personas: las de tipo A, que suelen ser puntuales porque tienen un «reloj incorporado», y las de tipo B, que siempre llegan tarde porque no tienen la capacidad de calcular y medir bien el tiempo. Los dos tipos de personas sienten que el tiempo pasa de manera diferente.
A través de una serie de estudios, los expertos han descubierto que las personas del tipo A pueden calcular un minuto de forma mental casi exactamente (58 segundos), mientras que las del tipo B no hacen un cálculo tan exacto (77 segundos). Este último grupo percibe que los minutos duran mucho más de lo que realmente lo hacen. Una brecha de 18 segundos por minuto que se acumula con el tiempo.
Otra razón que explicaría por qué hay gente que llega tarde viene de la mano de expertos de la Facultad de Medicina de Harvard. Según ellos, las personas que llegan tarde siempre tienen más probabilidades de estar relajadas que las que siempre llegan a la hora. La razón es que no permiten que cosas como fechas límite o las crisis de tiempo dicten su estado de ánimo y, en consecuencia, se sienten menos estresadas. Por ello, tienen menos posibilidades de sufrir problemas de salud relacionados con el estrés, presión arterial alta y enfermedades cardiovasculares.
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Otras razones para la gente impuntual
- Falta de organización: Algunas personas pueden tener dificultades para planificar y administrar su tiempo de manera efectiva, lo que puede hacer que se retrasen.
- Problemas de transporte: El tráfico, problemas con el transporte público, y otros factores relacionados con los viajes pueden contribuir a los retrasos.
- Distracciones: Algunas personas pueden ser fácilmente distraídas por cosas como las redes sociales, los mensajes de texto, o las conversaciones con otras personas, lo que puede hacer que se retrasen.
- Ansiedad o estrés: Las personas que experimentan ansiedad o estrés pueden tener dificultades para concentrarse en las tareas que tienen que realizar, lo que puede hacer que se retrasen.
- Falta de motivación: Si una persona no está motivada para cumplir con un compromiso o tarea, puede ser más propensa a retrasarse.
Consejos para no llegar tarde
Aunque el hábito de llegar tarde es difícil de corregir y la puntualidad no se consigue de la noche a la mañana, al menos para los científicos, sí es posible manejarlo un poco.
- Calcular la rutina: escribir cuál es la rutina diaria (desayuno, ducha, ir al trabajo, hacer ejercicio, etc.) y estimar cuánto tiempo se cree que se tardará en completarla. Este ejercicio es importante para separar las líneas de tiempo poco realistas del cerebro.
- Crear una estrategia para hacer las cosas a tiempo: calcular cuánto ocupa una actividad concreta puede ayudar a planificar mejor las tareas. Invirtiendo el tiempo necesario para llegar a tiempo. Se puede comenzar con el tiempo que se necesita para llegar a algún sitio, siempre y cuando uno se asegure de tener en cuenta posibles retrasos (ascensor lento, tráfico, retraso de trenes, etc.). Una vez que se haya identificado y calculado el tiempo aproximado necesario para llegar allí, hay que agregar unos 15 minutos más.
- No caer en la tentación de hacer más de una actividad a la vez: una razón por la que muchas personas suelen llegar tarde es la multitarea, pensar que pueden hacer más de una cosa a la vez. Si las actividades no son realistas, ¿de dónde se saca el tiempo para hacerlo todo? Es mejor decir que no a ciertas cosas y poder planificar mejor el tiempo.
REDACCIÓN: ÁNGELES OCHOA