Un brote de COVID-19 en la industria cárnica Tönnies, en el oeste de Alemania, con al menos 657 trabajadores infectados en lo que va de semana, obligó a poner en cuarentena a unas 7.000 personas en la ciudad de Gütersloh.
El diario regional Westfalen-Blatt adelantó que unas 475 personas habían positivo por el nuevo coronavirus, lo que se sumaba a otros 128 casos previos en el matadero de Tönnies.
La empresa ha cerrado sus puertas y ha puesto en cuarentena a todos sus empleados.
No se descarta que la cifra aumente debido al elevado número de empleados de la fábrica. El brote en el matadero, ubicado en la localidad de Rheda-Wiedenbrück ha elevado el número de casos en la región que se establece en 50 nuevas infecciones en una semana por cada 100.000 habitantes.
Las autoridades estudian si tomar medidas adicionales, como cerrar tiendas y restaurantes, para contener el brote, aunque según la portavoz del gobierno local el cierre de colegios hasta las vacaciones de verano, que empiezan a final de junio, debería ser suficiente para evitar la propagación a la población.
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