El tomate, también conocido como jitomate, se destaca por su versatilidad culinaria a nivel mundial y también por sus propiedades benéficas para la salud, particularmente en la prevención de enfermedades circulatorias y cardiovasculares.
Según estudios, esta fruta es una fuente significativa de vitaminas C y E, potasio y fibra, además de contener licopeno, un poderoso antioxidante vinculado a la reducción del riesgo de padecer afecciones cardíacas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza la importancia de su consumo dentro de una dieta balanceada.
Incorporar el tomate en las comidas diarias, ya sea en estado natural, cocido o como parte de diversas recetas y sopas, constituye una estrategia eficaz para mejorar la salud cardiovascular.
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Esto contribuye al bienestar general y se alinea con las recomendaciones de la OMS, que sugiere el consumo de al menos 80 gramos de este alimento, que equivale a una de las cinco porciones de frutas y verduras recomendadas por día dentro de un régimen alimenticio saludable.
El consumo del tomate “está asociado a un menor riesgo de accidentes cerebrovasculares” y puede estar asociado también “a un menor índice de enfermedad coronaria”.