Los fabricantes de automóviles chinos están en guerra. Y en las guerras siempre hay bandos que cuentan con mejores armas. Es el ejemplo de BYD y Tesla, empresas clave para entender un mercado asiático en el que los precios empiezan a desplomarse con un fin: barrer a la competencia del mapa.
En un territorio con más de 40 marcas de vehículos eléctricos (cerca de 100 si contamos los micrococoches electrificados), apostar por una estrategia de precios a la baja es el plan perfecto para que solo pueda sobrevivir el más fuerte.
En China hay demasiadas marcas de coches eléctricos. Seguro que te suenan marcas como BYD, NIO, Xpeng o NIO. Pero otras como Voyah, Yudo, Zhidou, DSFK o Maxus, algunas de las más vendidas en territorio asiático, no están tanto en la conversación (aunque muchas de ellas empiezan a llegar a Europa).
No son las únicas. En China, las marcas de coches eléctricos se cuentan por docenas, una competencia feroz en la que la principal baza para vender está en el precio.
La guerra de precios y el gran pacto. Al inicio de 2023 comenzó una guerra incesante: meses y meses en los que los precios de los coches no dejaban de bajar. A tal punto llegó la situación, que los fabricantes empezaron a llegar a acuerdos. Una tregua para dejar de atacarse entre ellos. A tal punto llegó la situación que, de media, los precios medios bajaron una media de 10.000 yuanes (1.300 euros) en todo el territorio, con bajadas de hasta un 40% en marcas concretas.