El robot cuenta con su diseño simétrico y tres patas independientes, lo que le permite moverse en entornos de baja gravedad mediante un sistema de locomoción similar al salto.
A diferencia de los planetas, los asteroides y lunas más pequeños poseen una gravedad extremadamente baja, lo que dificulta enormemente el movimiento de los tradicionales robots con ruedas.
El SpaceHopper propone una solución: saltar de manera controlada y precisa sobre la superficie de estos cuerpos celestes.
El concepto de saltar en lugar de rodar no es nuevo en la exploración espacial, de hecho, la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) ya ha experimentado con esta idea en su último intento de alunizaje preciso. Sin embargo, lo que hace a este robot «saltarín» único es su diseño específico para esta forma de locomoción.
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Equipado con tres patas largas y flexibles, este dispositivo puede impulsarse de manera efectiva en condiciones de microgravedad, cubriendo distancias considerablemente mayores que los rovers convencionales que se usan actualmente.
La clave de su movimiento radica en su sistema de control y coordinación, gestionado por una computadora central previamente entrenada con redes neuronales y aprendizaje profundo, estas tecnologías permiten al robot ajustar la orientación de sus patas en tiempo real, garantizando aterrizajes suaves y controlados sobre las rocas espaciales.
Un concepto que nació de la idea de que para moverse en espacios con poca gravedad, lo mejor es realizar saltos, según investigaciones, un astronauta adulto puede moverse hasta 1.5 metros verticalmente usando la misma fuerza que emplea al realizar un salto con toda su fuerza en la Tierra, donde puede desplazarse hasta una distancia de tres metros.