Dentro de los mitos que hay en las fotografías expuestas en los museos, hay algunos lugares que prohíben el uso del flash debido a que afecta el estado de algunas obras.
Este motivo se basa en el uso de luz y la exposición que con el tiempo puede dañar la calidad de las pinturas.
¿Por qué se prohíbe el uso del flash en museos?
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En primer lugar, la luz del flash puede dañar las obras de arte expuestas. La luz que emite esta función, aunque parezca inofensiva, puede afectar los pigmentos de las pinturas en el largo plazo.
El impacto podría modificar los colores originales, afectando la calidad de una obra, que puede ser única.
Por ese motivo, la temperatura y la iluminación en los museos se controlan cuidadosamente para preservar las obras de arte, porque un cambio brusco en el ambiente también puede generar roturas en el lienzo.
Sin embargo, no todos los flashes son un problema. Martin Evans, investigador de la Universidad de Cambridge, encontró que el flash electrónico, como el que tienen los teléfonos móviles, es un peligro insignificante para la estabilidad de los pigmentos de las pinturas, incluso a largo plazo.
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Las obras de arte son especialmente sensibles a los flashes de xenón que emiten luz ultravioleta, pero la mayoría de las cámaras modernas y los dispositivos móviles incorporan filtros para reducir la emisión de esta luz ultravioleta, lo que minimiza el impacto.
No obstante, muchas de las obras que se exponen en un museo son únicas y al tomar imágenes pueden ser difundidas por internet, creando material del que otras personas puedan generar ingresos.