Olvídate de los influencers. Aquí viene la nueva generación de creadores de contenido para redes sociales conocidos como «desinfluencers».
TECONOLOGÍA.– En la era de las redes sociales, hemos sido testigos del auge de los influencers, esas personas jóvenes y fotogénicas que promocionan productos, modas y servicios a través de plataformas como TikTok e Instagram. Sin embargo, una nueva corriente ha emergido en el mundo digital: los «desinfluencers».
Este grupo de usuarios de redes sociales defiende que el materialismo y las tendencias excesivamente caras ya no están de moda, y buscan disuadir a los consumidores de adquirir productos innecesarios o sobrevalorados.
La desinfluencia, como se le conoce, ha ganado popularidad en los últimos tiempos. En mayo, TikTok informó que el hashtag #desinfluencing acumuló 582 millones de visualizaciones en solo 12 meses, de un total de 584 millones. Esto refleja el creciente interés de los usuarios por cuestionar las prácticas de consumo impulsadas por los influencers tradicionales.
Para comprender mejor qué implica la desinfluencia, Kris Ruby, analista de redes sociales y presidente de Ruby Media Group, explica que la desinfluencia es una tendencia emergente en las redes sociales que busca disuadir a los consumidores de comprar productos que consideran innecesarios, ineficaces o sobrevalorados. Aunque la influencia y la desinfluencia pueden parecer opuestas, Ruby afirma que ambas son formas de influir en la opinión de los usuarios. Sin embargo, destaca que la desinfluencia refleja una tendencia creciente hacia el minimalismo y la reacción contra el consumo excesivo.
El fenómeno de los desinfluencers ha resonado entre los consumidores más jóvenes, quienes han sido objeto de un intenso marketing en redes sociales. Según un estudio reciente, el 87% de los encuestados admitió haber seguido una marca, visitado su sitio web o realizado una compra en línea después de ver un producto anunciado en redes sociales. Esto ha convertido a plataformas visuales como Instagram y TikTok en lucrativos espacios para la promoción de productos.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con la desinfluencia. Aria Connor, creadora de contenido de estilo de vida en redes sociales, sostiene que algunos desinfluencers no tienen las mejores intenciones. Según ella, algunos intentan hacer sentir mal a las personas por gastar su dinero de una manera que no se ajusta a los valores o al presupuesto del desinfluencer, mientras que otros simplemente buscan persuadir a la audiencia para que compren otros productos.
Connor considera que esto no es útil para los consumidores y que, en lugar de llamarlos desinfluencers, deberían denominarse como personas con opiniones diferentes sobre qué productos son los mejores.
Por otro lado, los desinfluencers también han sido vistos como agentes que ayudan a responsabilizar a las marcas. Victoria Sola, una influencer especializada en belleza.
Algunos desinfluencers, por ejemplo, han denunciado a marcas que excluyen productos para personas de color, lo que ha contribuido a la transparencia y a generar cambios en la industria.
A pesar de la creciente popularidad de los desinfluencers, es importante que los consumidores no confíen ciegamente en todo lo que ven en TikTok, YouTube o Instagram. Kris Ruby aconseja que se cuestione cómo y por qué consumimos determinados productos, en lugar de dejarnos influenciar fácilmente por lo que aparece en las redes sociales.
En definitiva, los desinfluencers representan una tendencia que busca cuestionar el consumo excesivo y fomentar una reflexión más consciente sobre nuestras decisiones de compra. Si bien existen opiniones divergentes sobre su efectividad y motivaciones, no se puede negar que están generando un impacto en la forma en que los usuarios interactúan con las marcas y en cómo consideran sus propias necesidades antes de adquirir un producto.
En un mundo cada vez más influenciado por las redes sociales, los desinfluencers nos invitan a repensar nuestras elecciones de consumo y a considerar la sostenibilidad y el valor real de lo que compramos.
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REDACCIÓN: ÁNGELES OCHOA
