El mundo requiere una inversión de mil millones de dólares diarios entre 2025 y 2030 para combatir la desertificación, la degradación de tierras y la sequía, según un informe de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).
El estudio detalla que serán necesarios 2,6 billones de dólares hasta 2030 para restaurar más de 1.000 millones de hectáreas de tierras degradadas y fortalecer la resiliencia a la sequía.
Actualmente, el 40 % de las tierras del planeta está degradado, afectando a más de 3.200 millones de personas, especialmente a comunidades indígenas, pequeños agricultores, mujeres y jóvenes, quienes son los más vulnerables a las pérdidas económicas y sociales derivadas de esta problemática.
Desde el año 2000, la incidencia de las sequías ha aumentado un 29 %, y las proyecciones para 2050 son alarmantes: tres de cada cuatro personas podrían verse afectadas.
A pesar de la magnitud de esta crisis, la financiación sigue siendo insuficiente. Según el documento, se necesitan 355.000 millones de dólares anuales para abordar el déficit, mientras que la inversión global actual apenas alcanza los 66.000 millones de dólares al año.
Sin embargo, si no se actúa con urgencia, las pérdidas económicas globales seguirán superando las inversiones requeridas, alcanzando hasta 878.000 millones de dólares anuales debido a la pérdida de productividad agrícola, el impacto de las sequías y la reducción de los servicios ecosistémicos.
África, el continente más afectado, enfrenta un déficit de financiación crítico, ya que necesita 191.000 millones de dólares al año para restaurar 600 millones de hectáreas degradadas.
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