La semana de Alto Nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas comienza mañana martes y reunirá en Nueva York a mandatarios de los cinco continentes, pero entre las ausencias más notables estarán las de los presidentes de China, Xi Jinping; Rusia, Vladímir Putin, y Venezuela, Nicolás Maduro.
Ninguno de los tres tiene por costumbre asistir a este foro diplomático mundial y suelen dejar que sean los ministros de Exteriores de sus respectivos países los que tomen la palabra en la Asamblea, normalmente a partir del jueves, una vez que han intervenido los jefes de Estado o de Gobierno.
En el caso de Putin, pesa sobre él una orden de arresto internacional emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) en marzo de 2023, que le han hecho restringir sus desplazamientos a países vecinos y «amigos» -el más reciente, Mongolia- donde no se arriesga a ser detenido.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, no suele acudir tampoco a la Asamblea, y este año es aún más difícil que lo haga, después de que una gran parte de la comunidad internacional se haya negado a reconocer los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado, en las que resultó reelegido de acuerdo a los resultados oficiales emitidos por el ente electoral.
En el caso de China, el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, será quien participe del periodo de sesiones de la Asamblea General como representante especial del presidente Xi Jinping.
Otro mandatario que no asistirá a la cumbre es el rey Mohamed VI de Marruecos, que este año ha enviado al primer ministro Aziz Ajanuch para pronunciar el discurso en su nombre.
Está en el aire la participación el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, después de que su país haya lanzado una ofensiva de gran calado en los últimos días contra el sur del Líbano que se asemeja ya a una guerra abierta; por el momento, ha retrasado su viaje varios días, hasta el próximo viernes, y no se descarta que tenga que suspenderlo.
La de Netanyahu es una de las presencias más esperadas en Nueva York después de que el conflicto de Gaza, y ahora el del Líbano, hayan acaparado durante todo el año la atención mundial y relegado otros conflictos como el de Ucrania casi al olvido.
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