La deshidratación ocurre cuando la pérdida de agua del cuerpo supera la ingesta. Consumir alimentos y bebidas con alto contenido de sal y cafeína puede incrementar esta pérdida de líquidos y contribuir a la pérdida de demasiado líquido del cuerpo.
Cuando el organismo se deshidrata, pueden surgir síntomas como boca seca, fatiga, mareos y reducción de la producción de orina.
En casos graves, la deshidratación puede llevar a complicaciones serias como el golpe de calor, insuficiencia renal y otros problemas de salud.
Alimentos
La comida rápida, como las hamburguesas y el pollo frito, contiene cantidades significativas de sal añadida, lo que provoca una deshidratación si se consume en grandes cantidades.
El alcohol actúa como un diurético, aumentando la producción de orina y el riesgo de deshidratación. Además, puede afectar la alerta y el juicio, haciendo menos probable que de sentir la necesidad de hidratarse.
Aunque el azúcar por sí mismo no suele considerarse deshidratante, muchas personas consumen bebidas azucaradas en lugar de agua, lo cual puede llevar a la deshidratación. Además, estas bebidas pueden causar pérdida de fluidos en el intestino y afectar negativamente la salud renal.
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Muchas bebidas energéticas son muy altas en cafeína, lo que puede aumentar la producción de orina en grandes dosis y ralentizar la absorción de líquidos en el tracto gastrointestinal.
El café y otras bebidas con cafeína, como el té, no necesariamente deshidratan. Sin embargo, bebidas con altas dosis de cafeína, como el café muy fuerte, pueden aumentar la producción de orina, lo que contribuye a la deshidratación.
Las carnes procesadas, como la panceta, el jamón y las salchichas, generalmente tienen un alto contenido de sodio, utilizado tanto para conservar como para saborizar estas carnes.