A veces el cáncer de mama es detectado después de que surgen síntomas, pero muchas mujeres no llegan a manifestarlos.
Es por este motivo que hacer las pruebas de detección periódicas es tan importante.
La detección precoz del cáncer de mama ha permitido mejorar los resultados del tratamiento y aumentar las posibilidades de curación hasta casi el 100%.
En los últimos años, se han puesto en marcha programas que facilitan el diagnóstico precoz de forma sencilla y accesible, enseñando a las mujeres cómo detectar el cáncer de mama.
Estos programas implican su participación, por lo que es importante los aspectos clave para detectarlo.
La Autoexploración
Explora tus mamas una vez al mes, acude a tu médico quien te dirá cómo hacerlo
Te recomendamos hacer una autoexploración los primeros días posteriores a tu periodo, ya que las mamas tienen menos probabilidad de estar inflamadas o sensibles.
Durante la autoexploración puedes detectar una «bolita» que no necesariamente puede ser cáncer; sin embargo, es muy importante que el médico te examine y determine qué debe hacerse.
Registra los resultados de la autoexploración y coméntalo con tu médico.
Pruebas de imagen
Mamografía: es una radiografía de la mama de baja radiación.
Es una prueba sencilla, aunque puede ser algo molesta.
Si se observa alguna lesión se deben realizar otras pruebas complementarias que confirmen el diagnóstico. En ocasiones se observan calcificaciones o quistes que no tienen por qué ser malignos.
Ecografía: permite obtener imágenes mediante la emisión de ondas de ultrasonido. Es inofensiva e indolora.
Complementa la información obtenida por mamografía.
Lea más: 19 de octubre : Día mundial de la lucha contra el cáncer de mama
Le puede interesar: Seis alimentos más cancerígenos
Biopsia
Se realiza cuando existe una sospecha de un tumor por las pruebas de imagen.
Permite obtener una muestra de tejido que se analiza en el laboratorio para ver si el bulto detectado por las pruebas de imagen es un tumor o no.
Síntomas
Al inicio de la enfermedad, el cáncer de mama no suele producir ningún tipo de síntoma. Por ello, aunque no haya síntomas hay que seguir los programas de cribado para la detección precoz.
Cuando aparecen síntomas son los siguientes:
Una masa dura en la mama o la axila.
Un cambio de tamaño o de forma de la mama.
Alteraciones de la piel (hoyuelos, arrugas o enrojecimiento).
Alteraciones del pezón o areola
Ante cualquiera de estos síntomas debe acudir al médico para que realice las pruebas necesarias.