De acuerdo con información tanto oficial de la policía civil en Brasil como de medios locales, el joven mató el pasado viernes 17 de mayo a su familia. Según informó la policía tras la tragedia, el joven no está arrepentido y hasta sostiene que “lo volvería a ser”.
El informe menciona que el menor de edad se enojó porque sus padres de familia, Isac Tavares Santos y Solange Aparecida Gomes, le retiraron el teléfono celular. Además, había tenido constantes problemas con ellos, de hecho eran sus padres adoptivos.
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Cometió el asesinato el viernes y estuvo con los cuerpos hasta el domingo 19 de mayo, cuando el propio responsable decidió hablar a la Policía Militar. El arma la consiguió de su propio padre, quien era elemento de la Guardia Civil de Jundiaí.
El crimen lo realizó cuando llegaron a casa su papá y su hermana, también de 16 años. En la cocina asesinó al padre por la espalda. Como la hermana escuchó el disparo, ella corrió hasta el lugar y ahí el agresor le quitó la vida con un tiro a la cara.
Luego del doble homicidio, comió y se fue al gimnasio. Regresó para esperar a su madre y la mató cuando ella vio los cuerpos tirados.
El adolescente fue detenido y lo llevaron al centro de atención socio educativa para adolescentes Fundação Casa.
Le imputan delitos de homicidio, femicidio, posesión ilegal de arma de fuego y profanación de cadáver.