NACIONALES,-El truco usado por maleantes o asaltantes que operaban en los años 80 y 90s, de dormir a la gente con “fragancias de amor”, para saquear las viviendas, esa artimaña criminal se ha reactivado, según denuncias de decenas de capitalinos.
Esta sustancia administrada en muchos casos en bebidas dentro de fiestas, aunque también se da en muestras de perfume, o en dulces en la calle.
El objetivo: ‘paralizar’ a esas personas para posteriormente” llevar a cabo ilícitos, robos y cometer abuso sexual”.
Actualmente, según denuncias de personas a este rotativo, una banda de criminales utiliza esa droga con presentación de perfume, porque es una de las atracciones irresistibles para hombres y mujeres.
Principalmente, damas que fueron víctima del asalto, el aroma de aquella fragancia le deja un “trago amargo” de ese trágico día.
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Fragancia del amor
“El aroma a “duce” es todo lo que recordé”, indicó una víctima que fue objeto del olor.
La dama despertó en una camilla de un hospital capitalino, porque dos desconocidos la indujeron a que oliera una fragancia con la cual perdió el conocimiento, al interior de su casa en una populosa colonia capitalina.
La apenada víctima indicó que dos sujetos que llegaron a su casa, ya dormida, le quitaron su cartera y el celular.
La advertencia sobre la banda del perfume, que opera en populosas colonias de Tegucigalpa y Comayagüela, ya estuvo circulando durante varios días, entre contactos telefónicos, a través de cadenas de whatsApp.
Las cadenas informáticas alertan sobre asaltos de personas desconocidas, que utilizan sustancias para dormir profundamente a sus víctimas.
En las mismas alertas indican que esa banda de lociones del “amor”. operan en centros comerciales capitalinos, pero se acentuó mucho en la colonia Kennedy.
“Me durmieron en el baño, me robaron todo, no recordaba nada, solo el perfume que me dijeron que oliera porque era una nueva fragancia”, indicó otra mujer, quien prefirió omitir su nombre.
Sin embargo, no solo las personas del sexo femenino son víctimas de esa artimaña delincuencial, porque un hombre estuvo a punto de pasarle algo similar.
