NACIONALES.- El centro del municipio de Danlí, en el departamento de El Paraíso, barrios, colonias y centros comerciales, están abarrotados de migrantes que piden dinero o realizan trabajos temporales, por lo que se estima que de 4,000 a 5,000 extranjeros circulan a diario por la zona oriental.
La estadía de migrantes en las calles, áreas verdes y los alrededores de las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) comienza a dejar consecuencias como accidentes vehiculares y laborales.
Los esfuerzos de las autoridades municipales, gubernamentales y de la empresa privada se ven reducidos ante el alto flujo migratorio, ya que Danlí es el punto crítico del viacrucis al que se enfrentan miles de mujeres, hombres y niños que eligen emigrar de sus países.
Las áreas verdes y los alrededores de las oficinas del INM son el refugio de estas personas ante la falta de atención, porque el albergue es insuficiente y solo ofrece una noche de abrigo.
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ACAMPAN EN CALLES
Sin importar el sol, lluvias o el frío, estas familias duermen en sus carpas o tiendas de campaña y lamentablemente hacen sus necesidades al aire libre, exponiendo a los danlidenes a la insalubridad e inseguridad en sus propias viviendas.
La noche del lunes, la abogada Gabriela Castellanos, del Consejo Nacional Anti Corrupción (CNA), se presentó con personeros del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT) y las Fuerzas Armadas de Honduras, que lograron enviar unas cinco unidades con unos 260 migrantes hasta la aduana Aguas Calientes.
“¿Por qué no involucrarnos como Consejo Nacional Anti Corrupción?, aquí no se trata de nacionalidades, ¡Aquí se trata más de humanidad!, es difícil y desgarrador, es fuerte lo que viven estas personas en este sueño de esperanza para sus hijas e hijos”, dijo Castellanos.
Redacción: JT