Junio, un mes manchado de sangre que deja una cifra escalofriante de asesinatos, donde 80 mujeres perdieron la vida de forma violenta.
NACIONALES.- 80 mujeres que perdieron la vida de forma violenta en este mes. Estos alarmantes números representan un promedio de tres muertes diarias, dejando a 80 familias hondureñas de luto, con madres, hermanos e hijos que lloran la pérdida de sus seres queridos.
Uno de los sucesos más trágicos ocurrió en la cárcel de mujeres del centro penitenciario para mujeres (PNFAS) en Támara, Francisco Morazán, donde 46 reclusas perdieron la vida. Este evento se convierte en la mayor tragedia registrada en el país en una prisión femenina.
Las muertes de mujeres en Honduras se han caracterizado por el odio, la saña, la crueldad y la falta de piedad. En lo que va del año, se han reportado 219 asesinatos de mujeres en el país, una situación alarmante que continúa cobrando vidas vulnerables y cuyos responsables en su mayoría quedan impunes.
La violencia contra las mujeres en Honduras no hace distinciones por clases sociales, religión o edad. En promedio, cada 19 horas una mujer es asesinada en Honduras, marcando el paso del tiempo con una triste realidad.
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Ejemplos recientes de violencia contra las mujeres incluyen el ataque a disparos a una joven de 16 años en Juticalpa, Olancho, donde tanto ella como otro joven perdieron la vida. También se registró el asesinato a balazos de un regidor y su esposa en el municipio de San Luis de Santa Bárbara.
Otras víctimas fueron encontradas en diferentes lugares del país, como el cuerpo de una mujer en un balneario en San Pedro Sula, el asesinato de una madre y su bebé de un mes en Choloma, y la trágica masacre en la colonia Victoria del sector López Arellano, donde una mujer fue una de las víctimas.
Estos son solo algunos ejemplos de una realidad desgarradora que se repite constantemente en Honduras. Las autoridades deben tomar medidas contundentes para poner fin a esta violencia, garantizar la seguridad de las mujeres y asegurar que los responsables sean llevados ante la justicia.
La sociedad en su conjunto también debe alzar la voz y trabajar en la prevención de la violencia de género, promoviendo la igualdad y el respeto hacia las mujeres. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá cambiar esta triste realidad y ofrecer un futuro seguro para todas las mujeres hondureñas.