El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Matteo Zuppi, estará en la capital rusa, miércoles y jueves para mediar en la guerra de Ucrania.
INTERNACIONALES.-El cardenal Matteo Zuppi viajará a Moscú para la segunda etapa de la misión de paz impulsada por el Papa Francisco, tras su visita a Kiev los días 5 y 6 de junio. Se espera que el cardenal llegue a la capital rusa por la noche. Acompañado por un funcionario de la Secretaría de Estado, permanecerá en Moscú mañana y pasado mañana.
«El objetivo principal de la iniciativa es incrementar los gestos de humanidad, que pueden ayudar a favorecer una solución a la trágica situación actual y encontrar caminos para lograr una paz justa», ha dicho la Santa Sede.
A la víspera de su viaje, el cardenal se reunió con el Papa para contarle su visita a Kiev -había regresado de Ucrania el día que Francisco estuvo hospitalizado en el hospital Gemelli, y no había podido hablar con él- y para preparar la visita a Moscú. Se reunirá con el patriarca ortodoxo de Moscú Kirill y con funcionarios del Gobierno ruso, aunque aún no se sabe si verá a Vladimir Putin.
«Haremos todo lo posible, en plena sintonía con el Santo Padre», explicó hace unos días. «Con mucha paciencia, pero también con urgencia, porque cada día más hay mucho más sufrimiento».
En cuanto a las palabras de agradecimiento ya expresadas por el canciller ruso, Sergei Lavrov, Zuppi había pronunciado «un indicio positivo, que hemos acogido con gratitud». Por supuesto, el enviado del Papa llega a Moscú en el momento aparentemente más difícil, tras la marcha sobre Moscú de la brigada Wagner que sacudió el Kremlin, pero precisamente la situación de incertidumbre en la cúpula del poder ruso podría jugar paradójicamente a favor de una propuesta por la paz.
Para la Santa Sede, no se trata de intentar una mediación directa, imposible por el momento, sino de «crear un ambiente de paz» más allá de la «lógica de la guerra», y relajar la atmósfera en la medida de lo posible. Así se empieza con la «mediación humanitaria», la liberación de los prisioneros de guerra y el regreso de los niños ucranianos deportados a Rusia. El cardenal le había entregado al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, una carta del Papa Francisco, podría enviarle una similar a Putin. Contenido confidencial, pero puedes imaginar el significado.
En los últimos tiempos, el Pontífice ha evocado repetidamente las palabras de Pío XII en su mensaje a los gobernantes del 24 de agosto de 1939, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial: «Nada se pierde con la paz, todo se puede perder con la guerra».
