Es conocida la afición que tienen los perros y gatos por comer hierba y, a veces, vomitarla después. Se han propuesto diversas teorías para explicar este comportamiento, pero la respuesta es una cuestión evolutiva que hoy tiene poca utilidad real.
Curiosidades. Los perros y gatos en ocasiones llegan a tener algunos comportamientos que para los humanos no son normales, en este caso el tema principal es sobre porque les gusta comer hierva y luego vomitarla. Existen varias teorías al respecto, pero a continuación te daremos la verdadera razón de esta conducta.
La sabiduría popular atribuye este comportamiento a dos razones: que los animales comen hierba para purgar su sistema digestivo o solventar algún déficit alimentario; en el caso de los gatos, además, supuestamente facilita la expulsión de bolas de pelo. Lo cierto es que todos estos motivos tienen una parte de verdad, pero la razón de fondo es algo instintivo y, de hecho, los perros y gatos domésticos no necesitarían comer hierba.
Este comportamiento tiene su origen en los ancestros silvestres de gatos y perros, que no podían disfrutar de las ventajas de la vida moderna y a menudo tenían parásitos debido a las condiciones higiénicas en las que vivían. La necesidad de regular su sistema digestivo les hizo desarrollar el instinto de comer hierba, que pervive hasta hoy.
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Pero la realidad es que, al menos en las condiciones de cuidado que permiten los países desarrollados, no sería necesario que comiesen hierba para que estas funciones se realicen con normalidad, ya que la comida para mascotas está preparada para aportarles todos los nutrientes necesarios, incluida la fibra. Y para el control de parásitos existen pastillas o pipetas, por lo que su sistema digestivo debería mantenerse limpio sin necesidad de vomitar.
Eso sí, algo que les puede causar vómitos es el tener en la vivienda plantas que llegan a ser tóxicas para los animales, es por ello que se recomienda no mantener las siguientes plantas:
- Flor de Pascua o poissentia, una planta típicamente navideña, que tiene látex, que puede ser muy tóxico. Los gatos también deberían evitar el aloe vera (si lo toman, su orina se volverá rojiza).
- Los bulbos de tulipán
- El eucalipto
- La hiedra
- Los potos (muy habituales en la decoración)
- Ciclamen
- Adelfa
- Crotón
- Espatifilo o la Cica.
En caso de intoxicación, deberemos localizar la planta tóxica y calcular la cantidad que ha podido ingerir el animal, luego tomar una muestra, para que la analice el veterinario.
REDACCIÓN: ANA BARAHONA
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