Los altos consumos de energía y los precios que esta acarrea tienen en jaque al sector ya que no alcanzan las ganancias de las criptomonedas para cubrir la minería.
INTERNACIONAL. La cantidad de electricidad consumida por las redes de criptomonedas más grandes ha disminuido hasta en un 50 por ciento a medida que el “criptoinvierno” continúa devorando los ingresos de los “mineros” y el contagio financiero se extiende aún más por todo el sector.
El consumo de electricidad de la red Bitcoin, se ha reducido en un tercio desde su máximo del 11 de junio, hasta 131 teravatios por hora anuales, según estimaciones del criptoanalista Digiconomist, eso todavía equivale al consumo anual de Argentina, con una sola transacción de Bitcoin convencional usando la misma cantidad de electricidad que un hogar estadounidense típico usaría durante 50 días.
La disminución de la electricidad utilizada para Ethereum, el “dinero programable” que sustenta gran parte de la reciente explosión de proyectos criptográficos, ha sido aún más pronunciada, pasando de un pico de 94 TWh al año a 46 TWh al año.
Sin embargo, la razón subyacente de la caída es la misma para ambas monedas, el consumo de electricidad de una red de criptomonedas proviene de la “minería”, que involucra a personas que usan computadoras especialmente diseñadas para generar boletos de lotería digitales que pueden recompensar los pagos de criptomonedas, el proceso sustenta la seguridad de las redes, pero incentiva a la red en su conjunto a desperdiciar cantidades extraordinarias de energía.
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PRECIO CRIPTOMONEDAS
A medida que el precio de las criptomonedas ha caído, del máximo histórico del bitcoin 69 mil dólares a principios de este año a desplomarse a los actuales 20 mil dólares, el valor de las recompensas para los mineros ha disminuido en la misma proporción, dejándolos en áreas con costosa electricidad o utilizando “plataformas” mineras más antiguas e ineficientes que no pueden generar ganancias.
Según el economista holandés, Alex de Vries, quien está detrás de Digiconomist, este fenómeno está sacando a los mineros del negocio, porque en su mayoría operan con equipos subóptimos o bajo condiciones subóptimas.
Ethereum, por el contrario, se puede extraer usando una computadora normal, pero es más rentable hacerlo usando una tarjeta gráfica muy potente, lo que ha llevado a una escasez generalizada de suministro de las tarjetas y ha puesto a muchos jugadores en contra de la industria, el colapso de los ingresos de la minería ha provocado una avalancha de tarjetas gráficas en el mercado de segunda mano, ya que los mineros insolventes intentan recuperar sus inversiones, pero De Vries advierte que comprar una es una lotería.
Aunque la caída del precio de Bitcoin se ha estabilizado durante la última semana, el sector de las criptomonedas en general sigue tambaleándose como resultado del enorme colapso de los precios, la última sacudida fue causada por la quiebra del sucedáneo del criptobanco Celsius, que anunció el 12 de junio que suspendería los retiros debido a una crisis de liquidez.
COLAPSOS
El miércoles, Voyager, que ofrece un 12 por ciento en criptodepósitos, reveló que tenía un préstamo pendiente de 650 millones de dólares a 3AC, más de cuatro veces su efectivo disponible, Voyager agregó que consideraría a 3AC en incumplimiento si el fondo de cobertura no paga el préstamo en su totalidad el lunes por la mañana, según los informes, la compañía también congeló los retiros de los usuarios.
En medio de los colapsos, una gran empresa de criptomonedas ha surgido como un posible salvador del sector, Alameda Ventures, el brazo de inversión del imperio del criptoempresario Sam Bankman-Fried, centrado en su intercambio FTX, ha rescatado a Voyager y al asediado intercambio BlockFi, ofreciendo préstamos multimillonarios a ambas compañías, los préstamos le han valido comparaciones con JP Morgan, el banquero estadounidense que intervino durante la crisis financiera de 1907 y compró acciones de empresas en problemas en un esfuerzo por detener el colapso.