Tegucigalpa, Honduras. El histórico puente Mallol que divide las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela, hoy cumple 200 años y fue construido con 6 mil pesos, además, su estructura de piedras consta de cien metros de extensión y 13 metros de ancho.
La valiosa ensambladura, es una de las más fuertes y es declarado como el monumento más antiguo de la capital, por el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH).
Esta construcción ha sido muy importante, aquí se emprendieron los primeros pasos para trasladarse de una ciudad a otra, sin embargo, se encuentra descuidada por las autoridades y no le han brindado el debido mantenimiento, pese a que ha soportado los fenómenos de gran magnitud como los huracanes.
Sobre este emblemático monumento han pasado carruajes desde la antigüedad y hoy en día a pasado sobre el, todo tipo de vehículos incluyendo autobuses y motocicletas, así, mismo pasa cogido por el comercio informal.
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El puente Mallol, que pasa por el Río Choluteca es transitable a pie o en automóvil, comienza desde la Antigua casa Presidencial que antes paso hacer Museo Nacional y hoy es el Centro de Documental de Investigación Histórica de Honduras, hasta llegar a la Calle Real.
Es importante recordar que este puente se comenzó en el año 1818, por la necesidad de un puente, ya que la capital solo contaba con algunos puentes de hamaca donde solo se podía caminar a pie y no transitaban los carruajes.
Esta construcción que ya tiene dos siglos, ha sido testigo de muchas historias y en el siglo antepasado se bautizó con el apellido del último alcalde español de la Villa de San Miguel de Heredia, con el nombre del licenciado Narciso Mallol, originario de Valencia, España.
En aquel tiempo fue alcalde de Tegucigalpa, desde 1817. Cabe mencionar que en su mandato tuvo la iniciativa de realizar dos proyectos, el primero un edificio para la sede de la alcaldía que no pudo finalizar, el segundo un puente que uniera a Tegucigalpa y Comayagüela.
El constructor Miguel Rafael Valladares fue el encargado de contratar albañiles, carpinteros y peones que levantaron el puente de 10 arcos, asentados en pilares de piedra donde utilizaron ladrillos, piedras de las canteras, arena, madera y otros materiales que fueron acarreados para levantar la obra y tuvo un costo total de 6 mil pesos de aquella época, moneda que circulaba en esos años.
El puente se terminó de construir en el año de 1821, año en el que falleció don Narciso y al momento de su inauguración, las autoridades de Tegucigalpa gobernada por don Tomás Midence, y decidió honrar la memoria del alcalde Narciso Mallol y lo bautizaron como EL PUENTE MALLOL.
El historiador de la IHAH Dennis Portillo comentó “este puente es motivo de orgullo no solo para los capitalinos sino para toda Honduras”.
Indicó portillo “el hecho que se mantenga una parte del puente desde sus orígenes, nos debe servir de ícono de fortaleza y resistencia que nos debe identificar siempre”.
El historiador indicó que las autoridades deben considerar el puente Mallol, porque sobrepasa con creces para lo que fue diseñado. Deben proponer solo el paso peatonal y así se protegería para restar la carga de peso de vehículos en la actualidad.
Es importante mencionar que antes de la pandemia transitaban aproximadamente ocho mil vehículos a diario, en ese sentido este puente trabaja el doble, pero en la administración de Miguel Pastor, se sugirió por hacer el paso de una vía en dirección a Tegucigalpa, por consiguiente, se redujo la carga considerablemente.
Cabe recordar que Tegucigalpa sufrió el impacto de la naturaleza en 1906 y una parte de su construcción fue destruida, sin embargo, por el tipo de material que tiene pudo recuperarse sin perder el valor histórico.
También, sufrió varios huracanes como el Fifi en 1974, Hugo en 1988, Gert 1989, y el inolvidable Mitch en 1998, Katrina en 1999, Michelle en el 2001, Beta y Gamma en el 2005 y los más recientes Eta e Iota que dejo el año 2020.
El arquitecto inspector del patrimonio de la IHAH, Daniel Rodríguez, aseguró que este puente ha soportado tantas inclemencias de la naturaleza, porque la histórica obra fue sobredimensionada por muchos estribos, siendo esta la obra, como el primer puente monumental de Honduras.
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