Familiares fueron sorprendidos cuando procedían a dar sepultura a Oscar Aguilera de 68 años en un cementerio de Talanga, Francisco Morazán y se dieron cuenta que el ataúd que les entregaron en la morgue del Hospital Escuela (HE) iba vacío.
Ante este hecho, autoridades del primer centro asistencial aceptaron que hubo un error de comunicación con un personal nuevo y procedieron a hacer la entrega del cadáver.
Según dictamen forense el hombre falleció por COVID-19, sin embargo, familiares aseguran que la prueba salió negativa y murió de un paro cardíaco.
Por su parte, la exdirectora de Medicina Forense, Julissa Villanueva, manifestó a Radio Cadena Voces, que ese acto es un irrespeto a la dignidad de la familia y de la persona fallecida.
«Los protocolos existen, pero lastimosamente lo que se da a desmontar es el mal manejo del mismo», lamentó Villanueva.
Asimismo, el presidente del sindicato del Hospital Escuela, Mauricio Corrales, exigió la destitución del jefe de la morgue de ese centro asistencial, Nelson tercero, porque se han presentado muchas irregularidades durante su administración.
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