EEUU- El Presidente Donald Trump reveló que desde hace más de una semana está tomando hidroxicloroquina y zinc para prevenir el Covid-19, aunque aseguró no presenta síntomas de tener el virus. “Me la estoy tomando, la hidroxicloroquina.
Empecé a tomarla hace un par de semanas. No me va a hacer daño», dijo Trump a los periodistas al final de un acto en la Casa Blanca con representantes del sector de la restauración. «Tomo una pastilla cada día, en algún momento pararé», agregó, tras aclarar que se refería tanto a la hidroxicloroquina como al zinc.
El mandatario explicó que comenzó a tomárselo porque quería, y porque escuchó «cosas buenas» sobre el medicamento y preguntó a su doctor en la Casa Blanca qué le parecía, y este dijo que «si quería» podía recetárselo.
Desde hace más de un mes, Trump lleva exaltando las virtudes de la hidroxicloroquina, un medicamento utilizado contra la malaria, el lupus, o la artritis severa, que se ha recetado a muchos pacientes de COVID-19 en todo el mundo, pero que aún forma parte de ensayos clínicos.
Trump subrayó que tiene «cero síntomas» de coronavirus y que se hace el test «cada par de días» y «siempre sale negativo», pero decidió empezar ese tratamiento porque «muchos doctores y enfermeras lo están tomando como prevención». «Parece tener un impacto, y si no lo tiene, no te vas a enfermar y morir. Llevo tomándolo una semana y media y sigo aquí», dijo el mandatario en total desacuerdo con las advertencias de la FDA.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA, por sus siglas en inglés) advirtió a finales de abril contra el uso de la hidroxicloroquina fuera de un hospital o un ensayo clínico, por el riesgo de desarrollar arritmias cardíacas.
Además, no hay pruebas suficientes de que la hidroxicloroquina funcione como profiláctico, para prevenir el COVID-19. De acuerdo a otros dos nuevos estudios, publicados el pasado viernes, la hidroxicloroquina, no parece ser eficaz contra el COVID-19 en pacientes graves ni leves.
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COVID-19
El primer estudio, realizado en Francia, se basó en un grupo de 181 pacientes adultos hospitalizados con neumonía provocada por COVID-19, que obligó a administrarles oxígeno. Un total de 84 pacientes recibieron hidroxicloroquina a diario menos de dos días después de ser hospitalizados, a diferencia de los otros 97.
El hecho de recibir este tratamiento no cambió nada, ni evitó el traslado a reanimación (76% de los pacientes tratados con hidroxicloroquina estaban en reanimación después de 21 días, en comparación con un 75% en el otro grupo), ni la mortalidad (la tasa de supervivencia en el día 21 fue de 89% y 91% respectivamente).
En el segundo estudio, realizado en China, 150 pacientes fueron observados. En este estudio, la molécula tampoco modificó la forma en la que los pacientes reaccionaron al coronavirus, ademas, los paciente que recibieron hidroxicloroquina sufrieron diarreas en mayor proporción que los otros pacientes.
Estos no son los primeros estudios que arrojan resultados negativos sobre el uso de hidroxicloroquina para tratar pacientes de Covid-19. Un estudio en EEUU, mostró un aumento en la tasa de mortalidad en los pacientes a los que se les administró el medicamento, el amplio análisis fue hecho en los hospitales de veteranos de guerra de los Estados Unidos.
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La hidroxicloroquina es un fármaco inmunomodulador que se ha usado desde hace décadas para el tratamiento de la malaria, de ahí que se le considera como un «antimalárico». También es usado para tratar el paludismo, la artritis severa y el Lupus. Aunque hay reportes de pacientes que han mejorado con el uso de este medicamento, tiene el peligro de que es relativamente fácil de conseguir y su aparición en las noticias en relación al Covid-19 ha hecho que se reportaran casos de abuso.
En Brasil, por su parte, el pasado mes de abril detuvieron un ensayo con esa droga antes de tiempo tras la muerte de 11 pacientes.
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En el tratamiento desarrollado por las autoridades brasileñas participaron 81 pacientes hospitalizados en la ciudad de Manaos. Cerca de la mitad de las personas sometidas al tratamiento recibieron una dosis de 450 miligramos de cloroquina dos veces al día durante cinco días. Al resto, en tanto, se les prescribió una dosis mayor de 600 miligramos durante 10 días. A los tres días, los científicos comenzaron a notar arritmias cardíacas en los pacientes que tomaban la dosis más alta.
Al sexto día de ensayo, 11 pacientes murieron, lo que llevó a los investigadores a terminar inmediatamente las pruebas. A los pacientes también se les administró el antibiótico azitromicina, que conlleva el mismo riesgo cardíaco.
Según datos de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos registra 1,506,840 contagios confirmados y 90,309 muertes por Covid-19.