Dos restaurantes de Tegucigalpa atenderán desde mañana jueves como parte de un programa piloto bajo estrictas medidas de bioseguridad, gracias a un acuerdo entre las autoridades y la Asociación Gastronómica de Honduras y Pequeños Restaurantes, producto de las mesas de trabajo integradas por el Gobierno y diversos sectores para enfrentar los efectos económicos de la pandemia de coronavirus.
La iniciativa de experimentar con la apertura de restaurantes surge con el fin de proteger el empleo de miles de hondureños que han sido afectados por la crisis económica que atraviesa Honduras a raíz de la emergencia sanitaria por el coronavirus, que produce la enfermedad Covid-19.
El personal y los empresarios de los restaurantes tendrán que cumplir con un estricto protocolo de bioseguridad para evitar los contagios de Covid-19 de los empleados y clientes.
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Los negocios elegidos por el Gobierno para hacer el ensayo son La Crepería y Coco-baleadas, de Tegucigalpa, los cuales comenzarán a funcionar a partir de mañana jueves, solo mediante autoservicio y entregas a domicilio y tomando todos los protocolos de seguridad establecidos por los expertos, que se aplicarán en cada área del restaurante.
La industria de restaurantes genera a nivel nacional más de 100.000 empleos directos y unos 400.000 indirectos, entre ellos, proveedores alimentarios, de maquinaria y transporte.
Así mismo, los negocios de comidas rápidas compran el 30 por ciento de la producción a los agricultores hondureños, convirtiéndose en el segundo comprador más importante de este sector, después de los supermercados.